Lamentablemente, la crisis económica y la falta de empleo en la región de Orizaba orillaron a familias de bajos recursos a dedicarse al comercio informal de alimentos.
Venta de carnitas, memelas y frituras por la mañana y tarde es común en este municipio, por la tarde y noche los tacos, antojitos del comal y tortas, son un modo de ganarse la vida.
El director del Centro de Salud en Mendoza, Guillermo Ruiz Navarro, dijo que esta situación representa un serio riesgo a la comunidad, pues la necesidad y la falta de higiene generan regularmente enfermedades gastrointestinales.
Es el área de Comercio de cada Ayuntamiento y de Regulación Sanitaria de la Jurisdicción 7 quienes deben atender estas situaciones y tratar de regular la producción y consumo de estos alimentos.
“Las consecuencias por comer alimentos contaminados son variadas, van desde una parasitosis, enfermedades gastrointestinales, o diarreas hasta cólera o salmonella”, dijo el responsable del Centro de Salud.
El Sector Salud señala a través de su departamento de Regulación Sanitara que no se le niega el derecho de trabajar a la gente, pero sí de que cumpla con las disposiciones sanitaras en el manejo y preparación de alimentos.
En base a un sondeo, se conoció que se trata de amas de casa de bajos recursos, quienes instalan puestos afuera de su casa, en la banqueta o dentro de su propiedad.
Por tal motivo, los reportes de puestos clandestinos de comida se pasan con directores de Comercio y éste a su vez se encarga de dar o no los permisos correspondientes, en tanto la Dirección de Salud hace gestiones para que regulación Sanitaria supervise los expendios con venta de comida.