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Sección: Estado de Veracruz

Para algunos políticos la lujuria es el poder, para mí lo es el trabajo: Acosta Lagunes

- Con frases de su autoría, expresadas por Amadeo Flores, fue recordado el ex gobernador a un año de su muerte

- “Si el poder no se traduce en trabajo creador, se convierte en fuerza corruptora”, parafraseó

?ngeles Gonz?lez Ceballos Xalapa, Ver. 12/04/2012

alcalorpolitico.com

Sin tanto rollo. Así comenzó el orador especial en el primer aniversario luctuoso del ex gobernador Agustín Acosta Lagunes; Amadeo Flores Espinosa, parafraseando ésta y frases como “Sí me excedí, tal vez, en la austeridad. Quería que la voz de mi conducta, fuera la guía del orden de mi administración”.

“Cada centavo del estado debería ser para el estado y no para lujos personales o dispendios del gobierno”, añadió Amadeo al recordar las palabras de las memorias que de su puño y letra escribió el ex mandatario, constructor de grandes obras como la presa Cerro de Oro, que evitó seguir viviendo las grandes inundaciones que padecía la Cuenca del Papaloapan.

Fue como una clase de rectitud, de honestidad, de darles una recordadita a todos los presentes, que ser funcionario no es para servirse, es para servir a los veracruzanos.

En el recinto más significativo de la obra realizada por el ex mandatario, el Museo de Antropología, el Procurador General de Justicia del Estado, fue más allá y sostuvo que hoy como entonces, el Gobierno de Javier Duarte ha iniciado en medio de un escenario complejo donde coinciden las necesidades urgentes de millones de Veracruz y la escasez de recursos públicos como resultado de un entorno particularmente difícil en el país.

En medio de la peor crisis económica de México, donde la inflación y la deuda pública ahogaban al país, Acosta Lagunes encontró en el orden administrativo y la disciplina financiera la fórmula para desarrollar y garantizar el crecimiento productivo del estado, logrando consolidar un liderazgo nacional en producción de alimentos.

Incluso comparó que en lo económico Javier Duarte coincide en la necesidad de realizar un gobierno austero, eficaz y honrado que sirva a los veracruzanos. “Son el orden y la disciplina los signos de esta administración, pero como entonces Veracruz también vive un escenario donde la violencia intenta arrebatarnos la tranquilidad”.

En la presencia de su viuda, doña Esperanza Azcón de Acosta, su hijo Agustín Acosta Ascón, el gobernador Javier Duarte y demás autoridades, sostuvo que se ha actuado en franca coincidencia con las herramientas que concede la ley y la fuerza de las instituciones.

Y también como entonces las medidas que se han adoptado han sido por el bienestar de Veracruz, sin reparar en el aplauso fácil o el culto a la personalidad.

Recordó que alguna vez don Agustín escribió que llegó a Palacio de Gobierno con el anhelo de convertir a Veracruz en granero y yunque de la nación.

Si es cierto que para algunos políticos la lujuria es el poder, en mi caso esa lujuria ha sido, es y seguirá siendo el trabajo y lo fue hasta el último día de su vida, recordó.

La tarde fresca de este jueves 12 de abril, el fiscal del estado y ex secretario de Gobierno en ese sexenio destacó aquellas palabras de que si el poder no se traduce en trabajo creador, el poder se convierte en fuerza corruptora y destructiva. El poder siempre debe ser para poder hacer mucho en beneficio de los demás.

Su pensamiento sigue tan vigente como su obra, leía en un texto de unas 10 cuartillas Amadeo Flores.

“Don Agustín no fue sólo un gobernador, fue un gobernante en toda la extensión de la palabra; fue un hombre que vivió el presente y construyó un futuro, lo construyó con imaginación y honradez, con generosidad y sabiduría. Para mí, decía, Veracruz es un continente sin más límites que los del cielo y el mar”, expresó.

Por ello, quien mejor que el propio don Agustín para ilustrar la personalidad del hombre y del gobernante, del esposo y padre de familia, del veracruzano que se entregó con pasión a Veracruz, abundó.

Fiel a su estilo, en el ocaso de su administración, venció la nostalgia y la autocomplacencia para retratarse en un lienzo de palabras que hoy se conserva en la memoria de los veracruzanos.

Retomó las palabras de Gustavo Cadena Matey quien publicó una memoria de puño y letra de don Agustín Acosta Lagunes: “Desde que nací Veracruz ha sido siempre mi pasión, tuve el privilegio de nacer en el seno de una familia cuya devoción fue siempre Veracruz”.

“Goberné en la salud y en la enfermedad pensando siempre en el bien general de mi estado. Nada hice pensando en mi persona ni en mi familia, nada. Mi esfuerzo y mi dedicación fueron íntegros y totalmente para el estado de Veracruz. Si de algo fui acusado y con razón fue de avaro con el tiempo y con los dineros del pueblo, pero así tenía que ser”, anotó.

Amadeo Flores Espinosa resaltó que don Agustín fue ejemplo de austeridad republicana, en la que se ejerce en el poder, no la que se justifica sólo en el discurso.

De su escrito de puño y letra -añadió- definió su estilo personal de gobernar: “Si la palabra empuja, el ejemplo arrastra. Si un gobernador se construye un palacio, sus colaboradores edifican mansiones, por eso me excedí, tal vez, en la austeridad. Quería que la voz de mi conducta, fuera la guía del orden de mi administración”.

“Cada centavo del estado debería ser para el estado y no para lujos personales o dispendios del gobierno”.

Al reflejarse en el espejo de su administración decía: “Gobernar con vocación de servicio es un sacerdocio sin tregua ni distracción a los menesteres que reclama el estado. Yo considero que si la democracia no es meritocracia no es democracia”.

Quería y necesitaba gobernar con los capaces, amigos o no, con los talentosos, con los apasionados por Veracruz, pero tal vez estas palabras don Agustín las hubiera querido decir a los veracruzanos de viva voz, de la forma que él acostumbraba, sin más pretensiones que la explicación simple de su conciencia.

Así también escribió: “terminé mi mandato con la satisfacción de haber hecho lo mejor que he podido, de haber entregado mi alegría, con rigor y responsabilidad y con vehemencia cuanto soy”.

“Di mi sueño y mi vigilia a Veracruz. Di tanto cuanto puede dar un hombre y cuanto puede ser un hombre por su pueblo al que ama con pasión”, citó.

Pero don Agustín, dijo Amadeo, antes que un personaje de la historia de Veracruz, también ha sido hasta hoy el pilar de una familia ejemplar. Transmitió afectos y valores, infundió el amor por Veracruz y heredó una vocación genuina de servicio, con una pasión singular por la cultura.

Dijo que no es casualidad que las palabras más profundas de su memoria han sido para ellos. De doña Esperanza ha dicho algo de lo que podemos dar testimonio: infatigable, reflexiva, inteligente.

“Trabajó a mi lado sin fatiga ni desaliento, no anduvo en fiestas ni saraos, pero sí subió a pueblos serranos donde jamás había llegado antes la esposa de un gobernador”, recordó y fue ahí cuando se dio una ovación de aplausos.

El Procurador General de Justicia comparó a Javier Duarte con el ex mandatario quien ocupó su primer día de gobierno para iniciar obras trascendentales y fue así como recordó diversas obras que se hicieron en el sexenio de 1980 a 1986.

Tales como la presa Cerro de Oro, los ejes viales en el puerto de Veracruz o al diseñar la autopista Xalapa-El Lencero o algunas calles principales de Xalapa; el acueducto Huitzilapan o el acueducto Yuribia, electrificación del 90 por ciento del estado; el Museo de Antropología.

Dejó el legado de un estado moderno y comunicado para gobiernos como el que hoy encabeza con responsabilidad y conciencia histórica de Javier Duarte de Ochoa.

Asimismo, añadió que el gobierno de Agustín Acosta Lagunes y el de Javier Duarte son gobiernos que se observan con simpatía y con optimismo.