El peor error que cometerían los gobiernos latinoamericanos es entregar el agua a los capitales privados, ya que el líquido es un derecho que debe ser consagrado en cada constitución en América, dijo el asesor de la Organización de Naciones Unidas en materia de agua, doctor Pedro Arrojo Agudo.
El también profesor de la Universidad de Zaragoza, España, indicó que cada gobierno latinoamericano debe impulsar el derecho al agua como cualquiera contemplado en los documentos primarios para que los ciudadanos estén protegidos contra la nueva corriente privatizadora que pretende acaparar los cuerpos acuáticos.
Abordado en el marco de la presentación del Foro Internacional del Agua, Energía y Cambio Climático, mencionó que ello ha sido asunto de discusión entre varias ciudades y empresas que desean quedarse con los derechos de administrar el agua, como una forma de obtener cuantiosos recursos monetarios explotando su escasez y problemas de contaminación.
Recordó que en Bolivia ya se presentó la primera guerra por el agua; en Uruguay, los ciudadanos acaban de echar del país a varias compañías españolas que lucraban con el acceso al agua, tras ser beneficiadas por tratos con el gobierno en los cuales se excluían a los ciudadanos.
Dijo que en México, por ejemplo, tenemos el caso de la presa La Parota, y el de Saltillo, donde la infraestructura para conservar el agua está ocasionado el desplazamiento de miles de personas, lo que no debería ser, pero que sin duda evidencia la profundidad de los conflictos por el líquido.
Aplaudió que en América, como no ocurre en otros continentes, se está tomando el asunto del agua como un tema de seguridad nacional, y se multiplican los referéndums para elevar el acceso al agua a derecho humano.
Mencionó que el trabajo de las naciones debe encaminarse a ignorar los consejos de organizaciones como el Banco Mundial, que pugnan porque naciones en vías de desarrollo den facilidades a grandes firmas transnacionales para explotar los acuíferos.
“Pero en el mismo Banco Mundial ya encontramos voces críticas, que dicen que tal vez lo hicieron mal, a lo mejor sobrevaloraron la capacidad del mercado y a lo mejor se tenga que regresar al esquema de administración pública”, remató.