Pasan días afuera del Centro de Alta Especialidad, en espera de sus enfermos

Arrinconado en una banca, Marco Enrique intenta dormir pese al calor del mediodía afuera del Centro de Alta Especialidad (CAE).

Desde el sábado pasado, las jardineras del hospital es su lugar de descanso mientas espera la evolución de su esposa, quien fue internada por una hemorragia.

Él, como el resto de los familiares de los pacientes en el antiguo Centro de Especialidades Médicas, aguarda a la intemperie luego de que en agosto de 2018, la Secretaria de Salud restringió al acceso al edificio público: sólo pueden entrar los pacientes y un acompañante.



Marco Enrique relata que por la hemorragia su mujer perdió un litro de sangre, y aunque el Banco en el CAE aportó tejido, todavía requiere de dos donadores para la paciente de la cama 2018 de Ginecologia.

Esto, al cumplirse casi un año de la medida extraordinaria de la Secretaría de Salud, con el pretexto de que público en general, y principalmente los migrantes centroamericanos, usaban los sanitarios del inmueble público.

Igual situación experimenta don Gregorio Ortiz, con su hijo de 28 años, internado en el CAE.



"Se ponen bien pesados los de guardia, los de ahí enfrente", dijo el campesino proveniente de Las Lomas, congregacion de Coatepec.

Relató que desde que su hijo ingresó el 18 de junio al hospital, los médicos no le han informado del diagnóstico del muchacho, también agricultor.

"Vine con un amigo y me dijo: 'vete a tomar aire' y él se quedó arriba", dijo con evidente angustia en su voz.