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Sección: Estado de Veracruz

Asegura Arzobispo

Pese a la distancia impuesta, gobernantes son devotos de la Guadalaupana y respetan la fe de mexicanos

- Los reformistas Juárez y Lerdo de Tejada, profesaban la fe; advierte Hipólito

- Invitó a los fieles a vivir esta festividad con gran compromiso y fe

- Narró las apariciones de la Virgen a Juan Diego

?ngeles Godoy Morales Xalapa, Ver. 12/12/2010

alcalorpolitico.com

En México los gobernantes han tenido mucho que ver en la fe, “muchos de ellos han estado siempre cerca de la Virgen María, pese a parecer muy distantes de la iglesia como el mismo reformista Benito Juárez, señaló en su homilía el Arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios.

De hecho, agregó, Benito Juárez proclamó como día festivo el 12 de diciembre, que hace poco lo acaban de quitar del calendario cívico. Lerdo de Tejada, él proclamó lo mismo que Benito Juárez y ambos eran devotos de la Virgen de Guadalupe”.

Y es que este domingo, como parte de la festividad de la Virgen de Guadalupe, el arzobispo, señaló que las apariciones que dieron origen a la devoción en el pueblo mexicano, representan un gran compromiso ante Dios y ante la humanidad, ya que todo pueblo escogido, tiene una responsabilidad y una misión que cumplir.

“Somos un pueblo que ha sufrido mucho y que sigue sufriendo. Sin embargo, somos un pueblo que mantiene una fe muy profunda, desde lo íntimo de sus corazones y nosotros lo vemos en las peregrinaciones, lo vemos constantemente en esta devoción. Guadalupe, la Santísima Virgen, es centro de unidad de toda nuestra nación, es un signo que nos tiene que alegrar y comprometer”, expresó el arzobispo xalapeño.

Por ello exhortó a los fieles a conocer el evangelio y llegar al fondo de su vida cristiana, “que corresponda realmente a lo que Dios quiere de nosotros y la Santísima Virgen”.

Durante su homilía, el arzobispo hizo el recuento de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, “se realizaron en 1531, habían pasado 10 años de la conquista de Tenochtitlán, había habido muchas muertes y el pueblo se había disminuido. La cultura de los aztecas se sentía defraudada y veían que el mundo se les había acabado ante la llegada de los españoles. Esto se fue matizando con la presencia de los evangelizadores, principalmente la orden de los llamados mendicantes, franciscanos, dominicos y otros religiosos”.

Comparó la conquista con el parto doloroso que dio nacimiento a una nueva nación, “cuando hace su presencia la Santísima Virgen de Guadalupe y elige a uno de los más sencillos, de los que llamaban macehuales, un indígena, hombre cercano a Dios que fue evangelizado muy bien, no era tan joven cuando vienen las apariciones”.

Relató que en las apariciones a Juan Diego, él sintió miedo y vio cosas maravillosas, incluso se preguntaba si estaba en el paraíso, “entonces escuchó la voz de la Virgen que lo llamaba –Juanito, Juan Dieguito– y le encomienda la construcción de su templo para dar a los habitantes de esta nación, su amor, auxilio, ayuda, defensa. El amor de Dios manifestado a través de la Santísima Virgen”.

Reyes señaló que fue Juan Diego, nombrado beato, quien habló con el obispo Juan de Zumárraga, para contarle las apariciones de la Guadalupana, no obstante no le creían.

“El día 12 se trata de escabullir y la Virgen baja hasta él, le dice que su tío ya está sano, que suba al cerro y tome las rosas que serán la señal. Él encuentra las rosas y se va a ver al obispo muy contento. Al estar ante la presencia del obispo, cuando lo encontró le dice –aquí está la señal que me pediste, mírala–, entonces abre la tilma, caen las rosas, por eso se le conoce como el Milagro de las Rosas y aparece ahí la imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe”, añadió.

Reyes resaltó que en el misterio del ayate han participado diversas instituciones, “es de fibra de maguey y se ha conservado, además el tipo de pintura, los expertos dicen que no es ni del reino mineral, ni del reino vegetal, sino que es algo muy especial y hay estudios hasta de la NASA, que esperemos todos puedan conocer”.

Recomendó a los fieles leer el libro escrito por Antonio Valeriano, el Nican mopohua, sobre las apariciones guadalupanas.

“Vamos a pedirle al Señor que este nacimiento de nuestro pueblo mexicano, de nuestra nación se siga desarrollando, que lo recordemos ahora que estamos celebrando el Bicentenario de la Independencia de nuestro México, los 100 años de nuestra nación y los 479 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, del nacimiento de nuestra nación”, concluyó el arzobispo.