Pez diablo deja en crisis a sector pesquero en Mina; 400 familias sin sustento

La laguna Mezcalapa, el segundo sistema lagunar más grande de Veracruz, se encuentra sobrepoblado de pez diablo, lo que ha provocado la muerte de cientos de especies comestibles y comerciables que servían como sustento de al menos 400 familias.

La agente municipal de San Pedro Mezcalapa, Ana Rosa Reyes Rosado, atribuyó la infestación del lago a la inundación del 2010, cuando toda la zona quedó cubierta de agua haciendo posible el tránsito de esta especie.

Dijo que pasada la contingencia, los pescadores retomaron sus actividades pesqueras y de inmediato se resintió la presencia del pez, también denominado pleco.



Advirtió que en la laguna Mezcalapa existía una gran población de mojarra tilapia, negra colorada, bagre y carpa, principalmente, pero desde la llegada del pez diablo su población ha disminuido drásticamente.

Antes pescaban hasta 10 kilos diarios, ahora sólo tres a la semana

La señora Rosa Reyes informó que hasta hace dos años, los pescadores diariamente obtenían al menos unos diez kilos de producto; sin embargo en la actualidad, como máximo, llegan a pescar tres kilos semanales.



“Pones tus redes y puro ese animal agarras, pero nomás se mata porque no se le puede hacer nada”.

A pesar de ser comestible, el pez diablo no es demandado en las pescaderías, por lo que su pesca no es rentable, ni para comercio ni para consumo propio, dado que los lugareños han preferido no comerlo.



Refirió que este problema ha sido expuesto a las autoridades municipales, pero no le han prestado atención.

En ese sentido, detalló que les han otorgado recursos a manera de indemnización, “pero lo que queremos es que lo quiten de aquí; de qué sirve que te den un dinerito de vez en cuando si nosotros al otro día no tenemos que pescar”, cuestionó la líder rural.

Detalló que el diputado local Flavino Ríos Alvarado les planteó la posibilidad de procesarlo en harina para alimento de ganado, pero finalmente el proyecto no se ha podido concretar.



Crece la fractura de las familias por crisis pesquera

El fenómeno migratorio también comienza a tomar fuerza, ya que la falta de productividad pesquera obliga a los jefes de familia, principalmente, a buscar oportunidades de trabajo en la cabecera municipal, incluso algunas familias han abandonado la congregación.

“Los hombres se van, dejan a su mujer y sus hijos, en busca de trabajo pero lo único que les dan es de albañil, porque por falta de estudios, no saben hacer otra cosa más que pescar”.



Hasta este momento la autoridad rural estimó que sean cerca de 50 familias las que han emigrado.