La población confía más en la Iglesia y el Ejército Mexicano que en el Instituto Nacional Electoral (INE) y los organismos públicos locales electoral, y muchísimo más que en las instituciones de gobierno, porque han fallado en la creación de vínculos y comunicación que permita establecer acuerdos que beneficien a la comunidad.
La burocratización ha evitado que exista cercanía entre instituciones y ciudadanía, señaló Gregorio Huesca Sarabia, de la Asociación Civil Auge, durante su participación en los “Diálogos para una cultura cívica”.
Dijo que, aunque los gobiernos presumen de transparencia, de buen gobierno, de rendición de cuentas, en la práctica es muy distinto.
“Se habla de una doble función, de un doble presupuesto que lleva a la gente a no creer en esas instituciones y por toda la corrupción y mecanismos, que la gente se da cuenta, crea esta desconfianza, no sólo en las electorales sino en las instituciones políticas y partidistas y las que ejercen las leyes; no hay empatía entre la ciudadanía y los servidores públicos”.
Dijo que este rechazo se da porque al momento de acercarse a ellas, se burocratizan todos los procesos, “para llegar a un secretario, a un subsecretario, a un jefe de despacho hay que pasar por filtros para poder dialogar de temas de intereses de la sociedad”.
Aseveró que no hay empatía de las autoridades hacia la ciudadanía, lo que impide un acercamiento que genere confianza entre ambas partes.
Huesca Sarabia apuntó que, para romper con esa barrera, las instituciones se deberían acercar a la población, escuchar a todos los sectores de la población y no sólo en las campañas políticas.
Aunado a la poca cercanía, actualmente no existen las condiciones para mejorar la calidad de vida y por el contrario crece la inseguridad, feminicidios, desapariciones forzadas, “por eso insisto en que hay que empezar a trabajar desde las bases”.