La falta de oportunidades en comunidades rurales e indígenas, orilló a decenas de familias a migrar hacia otras latitudes del país, para sacar adelante a sus familias.
A través del comercio y las artesanías, un centenar de familias del municipio de Ixhuatlancillo, viajan dos veces por semana o tres veces por mes a los estados de Puebla, Tlaxcala y la Ciudad de México para vender sus productos.
El alcalde de este municipio, Fernando Ochoa Vergara admitió que las oportunidades de desarrollo en la región son limitadas para la venta de productos y artesanías que son confeccionadas por manos nahuatlacas.
En instancias del Gobierno del Estado y Federal anunció que buscarán acercar proyectos productivos, apoyos y diversas acciones encaminadas al fortalecimiento de las comunidades indígenas.
El municipio, dijo, es rico en cultura, tradición y reconocido por su cosmogonía, pues es el único que conserva sus usos y costumbres en un cinturón urbano donde sobrevive la lengua náhuatl.
En Ixhuatlancillo un sector de esta comunidad destina su economía a la producción de artesanías talladas en barro, madera, piedra y naturaleza muerta, así como en el comercio de diversos productos.
Desafortunadamente, la comunidad nahuatlaca se cuenta entre las más pobres de la región del Valle de Orizaba, donde la mancha urbana avanza hacia su territorio.