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Sección: Estado de Veracruz

Quema de basura libera contaminantes orgánicos que pueden provocar cáncer

Son muy riesgosos los incendios en Las Matas y en la ciudad de Veracruz

Miguel ?ngel Barrag?n Veracruz, Ver. 02/06/2016

alcalorpolitico.com

El Convenio de Estocolmo, del cual México es firmante y cuyo objetivo es proteger la vida humana frente a los Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs), advierte que la quema de basura a cielo abierto o el incendio accidental de los vertederos, producen y liberan en forma no intencionada, dioxinas, furanos, hexaclorobenceno y bifenilos policlorados.

Diversos documentos de libre consulta del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INEEC), como el titulado “Quema de residuos a cielo abierto y el Convenio de Estocolmo”, así como “Los efectos de la contaminación: el caso de las sustancias tóxicas persistentes”, indican que los COPs tienen efectos negativos en la salud de los seres humanos en los que pueden producir cáncer, impedimento en el comportamiento neuronal, incluyendo desorden en el aprendizaje; bajo desempeño mental y déficit en la atención; alteraciones en el sistema inmune; deficiencias reproductivas; reducción del periodo de lactancia en madres en edad de lactancia y diabetes.

Por ello la gravedad de los constantes incendios en los basureros a cielo abierto, entre ellos el de Las Matas en el sur del Estado y el del tiradero a cielo abierto de la ciudad de Veracruz, puerto.



“El mecanismo más importante para la mayoría de estos efectos es la inducción de disfunciones en el sistema endocrino”, se explica en el documento “Los efectos de la contaminación: el caso de las sustancias tóxicas persistentes”.

En este mismo se establece que “Diversos estudios han demostrado que los COP como la dieldrina, DDT, heptacloro, mirex, toxafeno, dioxinas y BPC pueden causar efectos en el sistema reproductivo y endocrino, en el crecimiento celular, en el metabolismo de carbohidratos y lípidos y sobre la concentración de iones y agua en el cuerpo”.

En mayo de 2001, en Estocolmo, Suecia, 127 países adoptaron un tratado de las Naciones Unidas para prohibir o minimizar el uso de doce de las sustancias tóxicas más utilizadas en el mundo, consideradas como causantes de cáncer y defectos congénitos en personas y animales.



Las sustancias objeto de este convenio incluyen ocho plaguicidas, entre ellos el DDT, dos productos industriales (bifenilos policlorados y hexaclorobenceno) y dos subproductos de diversos procesos de combustión (dioxinas y los furanos).

El objetivo del Convenio de Estocolmo es la eliminación o restricción en la producción y uso de los contaminantes orgánicos persistentes que se fabrican intencionalmente.

Además, se busca minimizar la generación de los contaminantes producidos de manera no intencional, como las dioxinas y los furanos.



La Convención de Estocolmo fue firmada por el gobierno de México el 22 de mayo de 2001 y el Senado la aprobó en octubre de 2002 y se ratificó en febrero de 2003.