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Sección: Estado de Veracruz

“Quema del viejo”, forma de renovar el espíritu e iniciar el año con nuevos propósitos

Las ventas de este tipo de productos siempre son “espectaculares”, ya que entre el 30 y el 31 de diciembre se acaba toda la producción: Vendedores

Sara Atanasio Xalapa, Ver. 31/12/2015

alcalorpolitico.com

Quemar un muñeco cada 31 de diciembre se ha vuelto una tradición, con la quema se despide el año y se dejan atrás las malas vibras; sin embargo, también se quedan muchas experiencias. Es como una forma de renovar el espíritu e iniciar el Año Nuevo con nuevos propósitos y nuevas energías.

Este 2015 no es la excepción, en los mercados hay venta de piñatas representando viejitos, todos con bastón, sombrero, zarape y algunos hasta con su cigarro y su botella, simulando que tiene aguardiente.

Jaime Conde, vendedor de piñatas de viejitos, indicó que las ventas de este tipo de productos siempre son “espectaculares”, ya que entre el 30 y el 31 de diciembre se acaba toda la producción, lo que representa un buen ingreso económico para ellos.



Una de las razones por las que no disminuye la venta de piñatas es porque a los niños y jóvenes les gustan mucho los cohetes y disfrutan quemar la piñata de viejito o viejita después de la cena de Año Nuevo.

Las piñatas tienen un costo de 120 pesos, pero el precio dependerá de la zona donde se adquiera o el tamaño de la misma.

Aunque muchas veces se acostumbra quemarlos, también se puede rellenar de dulces y romperla.



“En cualquier parte de la República la gente les echa dulces”, ante ello, Jaime Conde recalcó que puede adaptarse a los diferentes gustos y costumbres de cada familia.

Con respecto a la forma de despedir el año viejo, algunas personas comentaron que cada año las rellenan de cohetes y eso implica un gasto mayor.

Al cuestionar cuánto se gasta en la compra de los cohetes, la joven María José, quien tiene la costumbre de quemar viejito cada año, señaló que en su casa se gastan alrededor de 2 mil pesos en pirotecnia y la mayor parte se la echan a "el viejito". Es una forma de divertirse y se ha convertido en tradición dentro del núcleo familiar.



Aunque la cantidad de gasto en este tipo de productos varía considerablemente entre una y otra casa, las personas siempre destinan un poco de su ingreso a este tipo de diversiones, en las que se convive no sólo con la familia, sino que se comparte el momento con los amigos o vecinos de la calle.