Quienes compraron lotes en Santa Lucía, ya no pueden ni ir a verlos; los agreden

Señor Director:

Muy honrada por su atención al problema que existe en la Col. Santa Lucia.

Adquirí mi lote hace diez años con la esperanza de que cuando me jubilara pudiera construir una pequeña casa para poder vivir tranquila, ya que o pagaba educación para mis hijos o construía. Decidí educar a mis hijos, ahora a un paso de mi jubilación me invadieron y como personas responsables optamos por resolver la cuestión por la vía legal para evitar enfrentamientos.

Mi lote estaba chapeado y cercado; lamento diferir con otras opiniones de que no nos hacíamos cargo de ellos, me quitaron mi alambrado y me invadieron.

Imposible fue ir, ya que inmediatamente chiflan y empiezan a salir de quién sabe donde cientos de seres, no puedo decir personas ya que carecen de razón; hemos recibido amenazas de todo tipo así como algunos compañeros ya fueron agredidos severamente sin que, como se comenta en sus artículos, haya autoridad alguna con la capacidad para resolver este asunto.

Hemos tocado muchas, muchas puertas, inclusive hemos realizado plantones; nos hemos manifestado para solicitar la restitución de lo que es nuestro por derecho que como gente trabajadora fuimos pagando poco a poco y no es justo que unos vivales que se dicen protegidos por altas autoridades del sexenio pasado con todo lujo de impunidad y prepotencia continúen con este sucio negocio, ahora sí pegaron donde más duele: al cuarto poder.

Gracias, gracias por apoyar a su personal que eso o quede así impune como todos los actos cometidos por los lideres cuyos nombres son bien conocidos, un negocio de quien sabe cuántos millones de pesos, me duele compartir que algunos candidatos visitaron la colonia y prometieron a los invasores la regularización sin enterarse a fondo de como habían adquirido esos predios hasta camiones les proporcionaron para algunos cierres de campaña.

Con profunda tristeza, hasta cuando nos voltearán a ver para que se nos haga justicia restituyendo a nosotros los que compramos hace más de diez años.

Le suplico no poner mi nombre por obvias razones ya que de verdad estamos amenazados, créamelo; por favor por favor no publique mi correo ni mi nombre quiero, si quise compartir con usted los tragos amargos por los que he pasado.

GRACIAS GRACIAS GRACIAS POR NO DEJAR QUE LOS DERECHOS DE SUS REPORTERAS SEAN VIOLADOS POR DEFENDER SU TRABAJO QUE TAN PROFESIONALMENTE LLEVAN A CABO.

Atentamente