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Sección: V?a Correo Electr?nico

"Octubre" y el "68" no se olvidan, México se levanta de entre las cenizas

Ahora vemos como aspiración a democracia, los derechos humanos y la internacionalización

03/10/2014

alcalorpolitico.com

El olor, nauseabundo, a sangre, arena y pólvora aún lo percibo, el enrarecimiento del aire, aún lo siento, el ulular de ambulancias y la falta del “buenos días”, dieron una primera visión de lo que era México a partir de esa madrugada.

La segunda parte fue y es sensacional, porque me tocó ver el nacimiento de una nación que podrá en breve ser México.

Era el 3 de octubre, del sótano donde vivíamos 7 estudiantes veracruzanos (4 cordobeses), salimos para tratar de oír, captar el aroma o simplemente decirnos “estás vivo”, Tlatelolco era todavía suelo ardiente.



Ahí me di cuenta que el México de los “días” quedó atrás, de los todo poderosos de la clase política y de los empresarios “nacionalistas” quedó ayer, quedó en la Plaza de las 3 culturas, quedó sepultado por la prensa gobiernista hasta las cachas, que pública, afanosa y desdibujada la nota 37 muertos.

Una mañana como hoy, el 3 de octubre, vislumbre un nuevo País, el que se levantará de las cenizas y nunca olvidará su “dos de octubre”, el que no comprará más periódicos ni noticieros de gran calado que engañan al pueblo.

Pueblo que como los tlatelolcas, sentimos el silbar de las balas y nos protegimos contra la lluvia de la metralla y de las movilizaciones, no olvidaré las voces, los gritos ni los correteaderos como en el que tuvimos que salir.



Tlatelolco, está de pie, no circula por ahí ningún medio que a la mañana siguiente cayeron en su propio peso, de ser manejados desde Bucareli, Los pinos o quizá el Pedregal, que bueno fue descubrir todo y saber que para enterarnos de lo que paso, no hacían falta “las noticias”, sólo con el aroma se podría decir que México quedó entre flores, sobrevivientes y zapatos regados por doquier.

México quedó en la historia de esa noche que no quiero recordar y envuelto en la esperanza de su mañana que si quiero destacar, a partir de ese tres, sentí deseos de estar, de ser más, de no restar, de participar más y con independencia de la manipulación, entrar al panorama alentador del tres.

Octubre y el 68 no se olvidan, pero la mañana de hoy, como aquella sin sol y penumbras, pese al olivo andante, dio luz a lo que ahora vemos como aspiración a la democracia, a los derechos humanos, a la internacionalización de la sociedad y a la entrada fuerte a las aulas y recintos de estudios que se abrieron sin bazucazos para todos, esta mañana quiero celebrar el nacimiento de México actual, que desde el 68 comenzó a manifestar su reclamo a los derechos civiles y políticos, a los derechos ciudadanos y prohombre, a los derechos que el régimen “obsequiaba” a los súbditos del sistema, con aquella vanagloria de los abogados del derecho positivo, que se vanagloriaban con “las garantías individuales”.



Esa mañana se escribió entre neblina y tristeza la ilusión que ahora es letra viva en nuestra Constitución, los derechos humanos en lugar de las “concesiones del rey”.

Atentamente
León Ignacio Ruiz Ponce
Egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, 1967-71 y Tlatelolco del 68