Este lunes se presentó el proyecto de inversión internacional Refinería de Basura, de la asociación civil Nuestra Fuerza es Nuestro Trabajo, que tiene la intención, en conjunto con la empresa Stochastic S.A de C.V, de instalar una planta gasificadora en el municipio de Puente Nacional para convertir la basura en energía eléctrica y diésel.
Con esta nueva propuesta se espera que Veracruz se coloque a la vanguardia en cuanto al tratamiento de residuos sólidos urbanos, además de que sería el primer estado en América Latina en tratar los residuos con base en este sistema calorífico.
Stochactic invertiría 400 millones de dólares y, de firmarse los contratos necesarios que avalen su aprobación, además del compromiso por parte del Congreso del Estado de apoyar su operación a través de varios periodos estatales y municipales, se pondría la primera piedra para su construcción en abril de 2016.
La planta trataría de 50 a mil toneladas de basura al día, proveniente de municipios como Xalapa, Veracruz, Boca del Río y Puente Nacional, que es el municipio que ha iniciado con las pláticas entorno a la construcción de la misma, entre otros ayuntamientos aledaños.
Generaría mil empleos en su fase de construcción y 80 empleos directos en su fase de operación. Una de sus características principales es que tiene una vida útil de 40 años, 30 de ellos serían operados por la empresa y los otros 10 estaría en manos del Estado o municipios, por concepto de donación.
Señalaron las diferencias entre un tiradero de basura o relleno sanitario y una planta gasificadora, en el primer sistema utilizado por la mayor parte de ciudades es que causa un “ecocidio”, “un relleno sanitario sólo está solventando en problema temporalmente, son donde se está enterrando la basura, es como una piscina seca (…) pero va a llegar un momento en que va a tener un tope”, frente a eso no se hace nada por cuidar el medio ambiente.
Posteriormente se buscará replicarse en los municipios de Coatzacoalcos y Veracruz. En Puente Nacional se ubicaría cerca de donde estaba el antiguo tiradero de Chichicaxtle, alejado de toda mancha de población, para que no exista el temor de que será una planta contaminadora.
Además de la basura urbana también se estaría tratando la basura industrial, resolviendo con ello un problema ambiental y económico.
Que la planta trata de tener los mejores estándares de calidad y que cumpla con el Certificado Leed, que es el sistema de certificación de edificios sustentables, ecológicos y amigables desde el inicio de su construcción.
El proceso de la basura empieza desde tirar la basura en una tolva, posteriormente pasará a una cámara de gasificación que va a disociar la basura de materia orgánica e inorgánica en sus partes moleculares básicas como lo son dioxinas y furanos, eliminándolas y convirtiéndolas en un mineral vitrificado, lo que no se pueda convertir en un mineral vitrificado pasará a convertirse en un mineral de síntesis que va a pasar a varias etapas de purificación, este último proceso convertirá el gas de síntesis en un gas equivalente al gas natural que ya procesado generará electricidad sustentable.
Se prevé que la electricidad se llegue a vender a los 212 municipios de Veracruz a través de contratos de autoabastecimiento y se prevé que el costo de esta energía sea más barato que la que ofrece la Comisión Federal de Electricidad.
Algunos de los países que cuentan con este tipo de plantas son: Estados Unidos, Japón, Inglaterra, entre otros.
Si los contratos que se necesitan son firmados por todos los municipios contemplados, en septiembre de 2016 la planta podría estar en funcionamiento, sin embargo, uno de sus inconvenientes es que el precio de tonelada recibida sería de 300 pesos, cuando hoy en día un municipio paga en promedio 170 pesos por tonelada de basura.
Cabe mencionar que el proyecto cuenta con el respaldo de Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, instituto que se dedica a verificar y a actualizar las políticas ambientales del Gobierno Federal.
Jorge de la Parra del Valle, director de la empresa Stochactic, puntualizó que el grave problema para un proyecto de este tipo “es hacer el balance económico, ósea que los números alcancen, por eso es que no se han dado proyectos de este tipo en México”, esto a pesar de que las tecnologías llevan mucho tiempo de haberse inventado.
Mencionó un punto importante, y éste es que los ayuntamientos no invertirán un solo peso en la planta, sin embargo, sí requieren de una participación “muy comprometida y muy seria” por parte de las autoridades que lo acepten, acotando que también es compromiso de la sociedad y la industria.
Aclaró que son proyectos a largo plazo y con “márgenes de utilidad muy marginal básicamente para la recuperación de la inversión”, y echan mano de los recursos que ya están destinados para el cuidado y protección del planeta.
Para finalizar, expresó que es un proyecto “emblemático en todo sentido” y requiere la participación y compromiso de todos los agentes involucrados, y que cada uno de ellos tengan la misma línea y dirección.