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Sección: Estado de Veracruz

Rezago de proyectos y problemas en Casas de Cultura; lo que le espera al nuevo titular del IVEC

- Deberá analizar y evaluar su funcionamiento y el de los encargados

- Urgen también líneas de investigación para el rescate, preservación y difusión de las culturas veracruzanas

Sabino Cruz V. Xalapa, Ver. 13/02/2012

alcalorpolitico.com

A unos pocos días que se haga efectiva la salida del antropólogo Félix Báez Jorge de la Dirección General del Instituto Veracruzano de la Cultura, el nombre de quien se perfila para ocupar el puesto vacante, diferentes medios de comunicación y actores políticos, sin negar o afirmarlo, lo dan por un hecho, agregando que es solo cuestión de esperar los tiempos. Sea que llegue, quien se da por sentado que llegará, menuda tarea tiene por delante.

Lo primero a lo que se enfrentará es al rezago de proyectos que originaron la petición de prórroga para ejercer los 15 millones asignados por la Cámara de Diputados y la aprobación de los nuevos que justifiquen los 32 millones presupuestados para este año, más los 10 millones para la intervención del Teatro del Estado.

Otro asunto de deberá atender de manera urgente, es el reclamo de las Casas de Cultura de las Altas Montañas, que denuncian abandono y marginación. Esto no sólo tendrá que ser atendido, sino analizar y evaluar la eficiencia de la persona responsable de diseñar y ejecutar los proyectos que fomenten el desarrollo de las regiones del estado, en especial las que no cuentan con equipamiento e infraestructura cultural.

La inexperiencia, falta de carácter o interés para poner en marcha programas educativos y de investigación son las únicas explicaciones que se puedan dar al rezago en que se encuentra la formación, capacitación y/o actualización de cientos de profesores, tanto del sistema educativo como de las casas de cultura. Aunado a esto está la ausencia de líneas de investigación para el rescate, preservación y difusión de las culturas veracruzanas.

La planeación, seguimiento y evaluación de los programas/proyectos con los que cada subdirección da cumplimiento a sus funciones, es otra área que deberá someterse a evaluación. La aprobación de los proyectos viene de la mano con la asignación de los recursos. La capacidad/incapacidad para diseñar/gestionar proyectos enfocados a resultados, quizás explique el subejercicio presupuestal.

Un asunto más que el relevo deberá atender, son la continuación del programa editorial y la contratación de “asesores” en materia de gestión y de artes plásticas [concretamente para escultura].

En el caso del programa editorial, el cual fue separado del organigrama original del IVEC y que recientemente anunció la publicación de más de cuarenta títulos, está a cargo del director del periódico/semanario José Homero más el coordinador de ese departamento; responsabilidades compartidas por dos personas, en un área no sustantiva del Instituto.

Especial atención deberá poner a la contratación de “especialistas asesores” que orienten las políticas culturales del estado, como es la construcción de esculturas públicas monumentales [presente desde la administración anterior], el lanzamiento de bienales de arte o la de personalidades internacionales con poca probabilidad de que se involucren en temas locales.

Todos los cambios traen consigo la inseguridad e inestabilidad momentánea de las instituciones, el personal que en ella labora y los mandos medios. El relevo próximo en el IVEC es la oportunidad para delinear las acciones públicas que atiendan las demandas y necesidades de un sector de la población.

Así como en la procuraduría de justicia del estado es requisito poseer título de abogado, en la de salud de médico o en la de finanzas de economista; así también debería ser en las otras dependencias. El argumento de que los artistas: creadores, compositores, coreógrafos, bailarines, dramaturgos, pintores, escultores, grabadores, fotógrafos son un grupo que difícilmente se puede poner de acurdo y que por eso es mejor designar a un intelectual o político que los administre es prueba superada.

Dejar los destinos del arte y la cultura en manos de un hombre/mujer sin más méritos que la gestión de proyectos personales, es darle poco valor a los productos simbólicos gestados, gesticulados y administrados por cientos de artistas nativos/naturalizados.

Que la indiferencia en materia de cultura no sean los signos de esta administración. El gobernante que hace del arte un medio para recuperar/impulsar la identidad de su pueblo, siempre se le tendrá por un hombre “culto”, humanista y con un gran sentido de pertenecía.