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Sección: Estado de Veracruz

Sangre, cerveza, toritos y mucha  música, en la xiqueñada en honor a  Santa María Magdalena

- Es cuando más visitantes vienen, ahora hasta de varias partes del mundo

- La economía se reactiva con la venta de comida, cacahuates, chicharrones, elotes, licores de mora y verde

?ngeles Gonz?lez Ceballos Xalapa, Ver. 22/07/2013

alcalorpolitico.com

Sangre, cerveza, alcohol, toritos, algarabía, música, son algunas de las cosas que se ven en Xico, en la tradicional “Xiqueñada”. Este año soltaron 18 toros de lidia, grandes bestias que a la cercanía impone su presencia, pero no baja los ánimos.

El saldo que esta fiesta dejó, dicen las autoridades, una docena de heridos leves. Además se presumió que durante la soltada de los toros no se agredió en lo más mínimo a los animales, incluso ni vasos les aventaron.

Hubo mucha música, eso sí, en cada esquina se notaban los estilos, los gustos, predominó la banda y muchos jóvenes disfrutando del ambiente. Las familias en los hogares atendiendo a los invitados, el mole, las bebidas tradicionales, el clásico torito que no podía faltar.

Fue obvio que la economía se reactivó, hubo venta de comida, cacahuates, chicharrones, elotes, souvenirs. A la entrada se ofrecía la prueba del torito, de todos los sabores: mora, cacahuate, verde, entre otros.

La fiesta de la Xiqueñada corrió con suerte y no le llovió ni a los toros de lidia traídos de Morelia ni a los valientes que los torearon.

Las calles aledañas prácticamente estuvieron vacías, todos querían estar en primera fila para disfrutar de este espectáculo que a muchos les resulta de lo más desagradable e insensible. Al final algunos resultaron con sendas corneadas y terminaron en el hospital, por eso se dice “en gustos se rompen géneros”.

Esta es la fiesta de Xico, la más importante, la que celebra a la Santa María Magdalena, patrona del pueblo, es cuando más visitantes vienen, ahora hasta de varias partes del mundo, pues en el marco de esta celebración se llevó a cabo la reunión de las ciudades hermanas y hasta vinieron algunos embajadores.

Una de las comidas típicas es el mole, que es servido en las casas con arroz, acompañado de chiles rellenos, frijoles y muchas tortillas para los hambrientos que corrieron detrás o delante de los toros.

Hubo buen ambiente, quizá para el municipio una buena derrama económica, dice el alcalde Alberto Pozos Guzmán, que espera superar las ganancias del año pasado en más de 30 millones de pesos.

Más tarde, tal vez mañana la resaca hablará por aquellos a los que no les fue muy bien, mientras tanto propios y extraños se hicieron tiempo para divertirse a su manera.