Se desconoce en Veracruz las condiciones en las que viven los menores de 17 años

En el estado de Veracruz se carece de cifras, datos y estadísticas de las condiciones reales de los menores de 17 años en la entidad dado que no hay un sistema de información que ayude a conocer la situación real de este sector de la población.

En la entidad, el 34 por ciento de la población son menores de 17 años pero se desconoce cómo están viviendo su infancia, qué necesidades tienen, cuáles son carencias y cuáles sus demandas, puesto que no existe un programa que especifique siquiera el número real de niños en situación de calle, niños trabajadores o niños que no están viviendo como se debiera esta etapa de la vida.

Arturo Narváez Aguilera, director del Movimiento de Apoyo a Niños Trabajadores y en Situación de Calle (Matraca), asociación civil sin fines de lucro que trabaja en la generación de un movimiento de defensa y respeto sobre los derechos de la niñez, en especial de la infancia trabajadora o en situación de calle en la capital del estado, aseguró que se busca restituir a los grupos de alta exclusión y marginación social los derechos que les han sido negados, pero el que se carezca de cifras oficiales de este sector hace más difícil la labor.

Esto, -dijo- es un pendiente en materia de protección de los niñas y niñas, pues no existe un sistema de información y en el caso de los niños que viven en calle no existen datos, pero es notable el aumento en el número de niños que trabajan en las calles, aunque también se carece de cifras oficiales.

Diferenció que entre los niños que viven en las calles y aquellos que trabajan en las calles, existe el lazo familiar, pues éstos últimos aún guardan dicho lazo y viven con su familia, pero los que viven en las calles ya no mantienen este lazo.

Pero son las cifras de los niños que trabajan en las calles las que han aumentado, pero estos datos sólo se puede sustentar con el estudio del INEGI en el Módulo de Trabajo Infantil que se hizo a nivel nacional en el 2009, mismo que ubica al estado de Veracruz como uno de los cuatro estados con mayor número de niñas y niños trabajadores de entre 5 y 17 años en las calles”.

Este estudio dice que alrededor de 208 mil niños y niñas trabajan en las calles en la entidad veracruzana, “pero a nivel estatal, sobre todo a nivel municipal se deben generar estudios y diagnósticos sistemáticos que permitan no sólo determinar cuántos, sino cómo viven los niños trabajadores y en situación de calle.

Enfatizó que existen grandes vacíos en materia de protección de la niñez en Veracruz pues faltan programas estatales de protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, pues los que actualmente se tienen son asistencialistas y sólo generan una respuesta inmediata, pero no solucionan los problemas de fondo.

El trabajo de Matraca en Xalapa

Matraca busca integrar y dar acceso a educación y a oportunidades de desarrollo humano a la infancia trabajadora, aunque por ser una asociación civil no puede expedir documentación que avale los estudios de los menores, trabaja con organismos como Conafe quien certifica los estudios que realizan los menores en las instalaciones de esta asolación civil.

Con sede en la calle Insurgentes # 58 colonia Centro, Matraca también busca reducir la brecha tecnológica entre los niños trabajadores y por ello les ofrecen actividades como computación, incluso edición de video y actualmente realizan un proyecto de radio; “se les brinda a los menores actividades de educación formal y no formal”.

La población que atiende Matraca es “flotante” pero en el 2011, atendieron a 288 niños, niñas, adolescentes y jóvenes que trabajan o viven en la calle, pero también trabajan con las familias de niños trabajadores y en situación de calle y el año pasado atendieron a 110 familias de 30 colonias de Xalapa; en el caso del trabajo de prevención comunitario se atendieron 134 familias

Para llegar a los niños de la calle y que éstos tengan la confianza de acercarse a las oportunidades que ofrece Matraca, existen educadores de calle que son los primeros en acercarse a los menores, pues son ellos los que hacen el trabajo de campo, pero primero deben observar el entorno del niño o la niña que se encuentra trabajando o viviendo en el crucero, después de que observar se acercan con la metodología de la mano amiga, dan su nombre y generan el “encuadre” que no es otra cosa más que decirle al niño o la niña “voy a venir a visitarte y en las visitas realiza diferentes actividades para compartir el tiempo que el niño o la niña le otorgue a este capacitador”.

Después de esta fase, viene la de amistad, que es cuando el niño y el educador logran una relación cercana “y entonces entra el programa de atención a familias”.

Con todo este proceso, Matraca logra formar una red de protección a los niños y niñas que se encuentran en exclusión, ya que todos los servicios que ofrece son gratuitos, pero sobre todo es un trabajo que se ofrece libremente y sin forzar a los menores, quienes llegan por su propia voluntad.

Por tratarse de procesos humanos, el trabajo que se realiza con estas poblaciones es a largo plazo y no se puede medir el impacto de la atención en un año; de los menores que Matraca atendió en el 2011, cerca del 30 por ciento decidieron mantenerse en sus estudios, pero esto depende de las oportunidades que les brindan y cómo es el modelo con el que estudian pues requieren de estrategias socioeducativas que responda a sus necesidades. “De no ser así se generaría otro proceso de exclusión, porque el sistema o la estructura educativa no estaría adaptada a las necesidades de esta población”, refirió el Director de Matraca.

El retiro de la calle de los menores que trabajan o viven en ella, debe ser gradual y voluntaria, por lo que se les debe de enseñar los riesgos que representa el permanecer ahí, pero también se les deben de ofrecer alternativas para que tengan razones de peso para dejar el trabajo en la calle.

Narváez Aguilera dejo claro que Matraca es parte de una red de apoyo, pues no logra hacer todo el trabajo para sacar de la calle a los menores, sino que ayuda a que ellos tengan opciones viables para que puedan ir construyendo sus alternativas de vida.

“Nosotros pensamos que no debería haber niños trabajando o viviendo en las calles, deberían estar estudiando o teniendo actividades propias para su edad, pero ubiquemos que hay un país que tiene una marcada desigualdad social en donde hoy 52 millones de personas viviendo en pobreza y 20 millones en pobreza extrema que ante la falta de alternativas muchas veces las familias tienen que trabajar para vivir”, finalizó.