La pérdida de terrenos de cultivo, así como de zonas de pastoreo, generó que tanto campesinos, como ganaderos, hayan cambiado su giro y ahora se dediquen al comercio, o bien, hayan emigrado hacia otros estados del país, incluso a la Unión Americana.
Rubicela Romero Andrade, titular de la Secretaría de grupos vulnerables de la CNC estatal, indicó que el campo veracruzano mantiene un rezago de al menos 50 años y prueba de ello es la falta de canales de riego.
En la región del valle de Orizaba la mayoría de los agricultores se dedican a la siembra de productos de temporal, es decir, aguardan la llegada de la temporada de lluvias para poder hacer crecer sus cultivos.
Sin embargo, el cambio climático y otros factores propicios generan la pérdida de cultivos, tal es el caso de más de 100 hectáreas de productos del campo que se perdieron en la pasada temporada.
Por si fuera poco, dijo, en cuestión de la ganadería regional, de cinco años a la fecha, el número de cabezas de ganado ha pasado de ocho mil en 17 municipios que integran la Asociación Ganadera Local, a mil 200 semovientes productores de leche bronca y de carne para el consumo humano,
Las tierras y ejidos han cambiado el uso de suelo y en su lugar han aparecido asentamientos humanos, lo cual generó una importante pérdida en la vida productiva de estas comunidades que ahora se sirven de la migración y el comercio para el sostenimiento de sus familias.
Indicó Romero Andrade que rescatar el campo veracruzano no es tema fácil, pues se requiere de una verdadera reingeniería para capacitar a los campesinos, invertir en infraestructura en sus parcelas y generar las condiciones de seguridad, pues muchos de sus cultivos los pierden ya sea por sequías, heladas, granizadas, suradas, e incluso lluvias intensas, sin que exista un seguro catastrófico, pues muchos siembran con préstamos otorgados por instituciones bancarias.