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Sección: Estado de Veracruz

Según UNICEF, México ya debería reabrir escuelas por el bien de los niños

- Cierre prolongado compromete bienestar actual y oportunidad de desarrollo

- Urgente, buscar opciones para remediar rezago

Miguel Valera Xalapa, Ver. 16/04/2021

alcalorpolitico.com


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El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) refiere que el cierre de escuelas en México compromete “el bienestar actual y la oportunidad de desarrollo hacia el futuro de la niñez y adolescencia”, por ello se considera primordial pensar en la reapertura escolar de forma gradual y bajo las más estrictas medidas de prevención y mitigación de riesgos.

“El cierre también afecta los logros de aprendizaje alcanzados en el país después de varios años y el acceso de la población más vulnerable a un aprendizaje adecuado. Ir a la escuela se convierte en una prioridad sobre todo para quienes tienen menos posibilidades de estudio y aprendizaje fuera de los planteles educativos. Por ello, a menos que se asegure que las escuelas se encuentren entre los primeros espacios públicos en reabrir, en condiciones seguras, podríamos ver un retroceso en los avances alcanzados, la desigualdad aumentará y las comunidades y la economía sufrirán más durante las generaciones venideras”, advierten

Los expertos del organismo internacional consideran que además se deben de buscar soluciones para remediar el rezago sufrido durante este último año por los

25.4 millones de alumnos de educación básica y los 5.2 millones de estudiantes de educación media superior que siguen sin asistir a la escuela.

“Hay que tomar en consideración que ya antes de la pandemia existía una crisis de aprendizaje en el país. De acuerdo con las evaluaciones de aprendizaje PLANEA 2018, casi el 80% de las niñas y niños mexicanos no alcanzaban los aprendizajes esperados en las áreas de comprensión lectura y matemáticas. Estos rezagos se verán agudizados por el cierre de las escuelas”.



Ha pasado ya más de un año desde que se cerraron las escuelas para prevenir contagios de COVID-19, “lo que ha impactado a niñas, niños y adolescentes no solo en el aprendizaje sino en su salud mental, su acceso a alimentos nutritivos o en el aumento del ciberacoso”, señalan.

El establecimiento de la rutina con el regreso a clases es un factor fundamental para regresar a la normalidad y reducir los efectos psico-sociales de la pandemia, apuntan, por ello consideran que la reapertura de escuelas ayudaría a mejorar el estado de ánimo, ya que no se sentirían aislados y podrían tener contacto con sus pares y con adultos que no son sus padres.

Cabe recordar que, de acuerdo con los datos presentados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) a través de la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020, unos 2.3 millones de personas entre 3 y 29 años no están inscritas en el ciclo escolar vigente (2020-2021) por motivos asociados directamente a la pandemia y 2.9 millones, por falta de dinero o recursos.



La contingencia sanitaria también ha incrementado la brecha en la educación entre pobres y ricos, ya que se observa un porcentaje mucho mayor de deserción entre los alumnos de escuelas públicas.

“Sobre los motivos asociados al COVID-19 para no inscribirse en el ciclo escolar vigente (2020-2021) el 26.6% considera que las clases a distancia son poco funcionales para el aprendizaje; el 25.3% señala que alguno de sus padres o tutores se quedaron sin trabajo, y el 21.9% carece de computadora u otros dispositivos o directamente de conexión de internet”, expone el INEGI.

La encuesta, elaborada telefónicamente, también analizó cómo los estudiantes mexicanos tomaron las lecciones a distancia. “Por nivel de escolaridad, 55.7% de la población de educación superior usó de la computadora portátil como herramienta para recibir clases, mientras que 70.2% de los alumnos de primaria utilizó un celular inteligente”.



Por todo ello, los expertos de UNICEF recomiendan que se reabran las escuelas de forma “urgente”, tomando en cuenta las siguientes consideraciones:

1. La reapertura escolar es una decisión de los gobiernos, que pueden tomar a partir de la evidencia epidemiológica y el análisis de beneficios y riesgos en materia de educación, salud pública y factores socioeconómicos del contexto local. Esta decisión debe estar guiada por el interés superior de cada niño, niña y adolescente.

2. La decisión sobre el cierre o la re-apertura de escuelas debería tomarse al nivel local, basado en el nivel local de transmisión de SARS-CoV-2, la evaluación local del riesgo y de las capacidades de las escuelas de adaptarse y de operar de manera segura. El cierre de escuelas solo debería considerarse cuando no hay otras alternativas.



3. El marco para la reapertura de las escuelas indica las siguientes dimensiones a ser tomados en cuenta en preparación para y durante el proceso de re-apertura: operaciones de seguridad escolar; aprendizaje; bienestar; protección; así como medidas para llegar a los más vulnerables.

4. Se precisa de un enfoque multisectorial coordinado entre los responsables de educación, salud, agua, saneamiento e higiene, nutrición y protección, con enfoque de igualdad, género e inclusión.

5. El regreso a la escuela exige que los padres y madres, estudiantes, docentes y la comunidad en general tengan confianza sobre las medidas de seguridad en las escuelas. Para este fin, se necesita planificar e implementar campañas de sensibilización y comunicación que difundan mensajes sobre las medidas adoptadas para garantizar el regreso seguro y sin riesgos de contagio.



6. Se espera que se adopte un enfoque progresivo/gradual, por regiones y zonas y áreas rurales o urbanas, tomando en cuenta los niveles de contagio, y según necesidades educativas (priorizando contextos y estudiantes con dificultades en acceder la educación a distancia) y ciertos niveles o grados (algunos priorizando las edades tempranas, otros los grados de transición).

7. Para facilitar las acciones de distanciamiento físico, se pueden considerar las siguientes medidas: alternancia (días/semanas) entre el aprendizaje presencial y a distancia, horarios escalonados a lo largo de la jornada escolar (tiempos de inicio/final, recreos, almuerzo, entre otros), turnos múltiples o dobles, reducir el número de estudiantes en clase, y mantener los mismos grupos.

8. Favorecer, reconocer y financiar el liderazgo del personal docente es clave para lograr que las medidas señaladas se logren dentro de los planteles. Por ello, es importante garantizar los recursos para la profesionalización de dicho personal y mejorar sus capacidades de educación en situaciones de emergencia, incluido el aprendizaje mixto, la educación para la transformación y el uso de tecnologías digitales disponibles.