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Sección: Vía Correo Electrónico

Semántica Neoliberal: palabras sin magia.

Jorge Salazar García Xalapa, Ver. 12/08/2019

alcalorpolitico.com

¿De qué sirve escribir valientemente que nos hundimos en la barbarie si no se dice claramente por qué? (Bertolt Brecht)


La catástrofe por la que atraviesa México no sólo es material, lo es también del orden espiritual. De la primera podría empezar a salirse en este gobierno reorientando la política anterior (como se esta haciendo), pero terminar con la crisis moral llevará varios sexenios porque eso implica un reencausamiento profundo hacia lo social y cambiar subjetividades.



Los ideólogos de la derecha sabiendo que la práctica cotidiana es determinada por la manera como se concibe la vida, decidieron inducir un nuevo comportamiento modificando PIENSAMIENTOS y PERCEPCIONES sobre la realidad. Y siendo el LENGUAJE la herramienta básica para expresar ideas y sentimientos tejieron un vocabularios propicio a sus intereses.

No es cosa de ahora, desde 1940, el poder político, obedeciendo al económico ha venido ELIMINADO de la Constitución términos con referencia a lo social (la educación era socialista). A partir de 1983 se radicalizó ese proceso para insertarnos en la modernidad, dijeron los neoliberales. De ese modo, para 2018, la superestructura ideológica había sido totalmente adaptada al gusto de los dueños del capital.



Actualmente, ¡todos quieren ser millonarios! Sin importar los medios para conseguirlo; se justifica cualquier crimen si quién lo cometió llenó su cartera. Por eso no es extraño que los héroes modernos sean gánsters, narcos, traidores, mitómanos, asesinos, etcétera y los valores de la vida, la justicia, la ley, la responsabilidad, el deber y la solidaridad sean considerados futilezas de fracasados. ¡Arriba el mercado, muera el bien!

Con el propósito de hacer irreversible el sistema de mercado, los tecnócratas implantaron un léxico para privar a “algunas palabras de su magia”[1] expresiva y de paso, limar la connotación negativa en las usadas para nombrar delitos cometidos en los negocios y la política. Veamos algunas de esas palabras.



Para Uwe Poerksen[2] son menos de 100 palabras (que llama plásticas), las cuales, “constituyen una verdadera prisión para la percepción del entorno, en el sentido de que, aun cuando filtran parcelas amplísimas de la realidad, la reorganizan a su modo y muy rígidamente, cerrando así el paso a otras posibilidades para organizar la experiencia”.



Se convierten en términos “autorizados”, canonizados, casi míticos; como ladrillos forman una nueva estructura ideológica cuya visión degrada el pensamiento humano. Estamos ya en el camino de la barbarie persiguiendo ególatramente cada cual su “sueño” sin importar siquiera el planeta en que vivimos. Es cierto, siempre habrá bien y mal; sin embargo, la catástrofe que nos amenaza con la extinción pudiera enfrentarse interesándonos por los otros y dejar de hacer apología del individualismo ignorante y vacío.


[1] Brecht, Bertolt: “Las cinco dificultades para decir la verdad” (1934) https://www.lainsignia.org/2004/enero/cul_062.htm

[2] http://institucional.us.es/revistas/argumentos/4/art_2.pdf