Si bien la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) se considera buena al reconocerse que la salud es un derecho, hay población a la que no se está tomando en cuenta, como son las personas en situación de calle, algunas poblaciones indígenas y migrantes, además de que está por verse cómo va a funcionar con las carencias que hoy se tienen, indicó María de la Cruz Jaimes García, directora del Colectivo Feminista Cihuatlahtolli.
Recordó que ese instituto se creó para atender a la población que no cuenta con seguridad social, pero para afiliarse o recibir atención deben contar con su CURP, credencial de elector o acta de nacimiento y hay personas en este país que desafortunadamente no tienen esa documentación.
Agregó que también esas reglas dejan fuera de la posibilidad de acceder al servicio gratuito a los indigentes y a los migrantes, cuando la atención a estos es humanitaria.
Resaltó que otro aspecto que se tendrá que esperar a ver cómo funciona es la atención que se da en los centros de salud, unidades médicas rurales y hospitales, pues si aún cobrando no tenían medicamentos y había otras carencias, ahora no se sabe qué pasará.
Mencionó que en el Hospital Civil nadie se escapaba sin pagar e incluso, si la persona fallecía, retenían el cuerpo hasta que los familiares cubrieron la deuda, luego intentaron verse más sensibles y solo retenían el certificado de defunción, que era necesario para enterrar a la persona.