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Sección: Estado de Veracruz

Tabasqueña busca desesperadamente a su hijo desaparecido en Veracruz desde hace un mes

- Al parecer el menor venía en busca de su padre, quien lo vio a su llegada al Estado, pero tampoco sabe de su paradero

- De acuerdo a María Suriano ni el MP ni SSP le han prestado la ayuda para localizar a su hijo

Javier B. Garc?a Veracruz, Ver. 08/11/2014

alcalorpolitico.com


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A un mes de no saber nada de su hijo, doña María Isabel Suriano lo ha buscado desesperadamente por todo el puerto de Veracruz y al recurrir a la PGJ para dar parte del extravío de su menor hijo, Job David Lara Suriano, sólo obtuvo burocracia e indiferencia de los empleados de esta dependencia.

Ella y su otra hija vinieron hace 15 días al Puerto, procedentes de Villahermosa, en el estado de Tabasco, ya que su hijo Job David Lara Suriano se vino a alcanzar a su padre, quien vive en el puerto, Elucipio Lara Díaz.

La mujer primero se comunicó con su exmarido y le preguntó por su hijo de 16 años de edad, pero no le dio detalles, sólo que sí lo había visto, pero que no se quedó con él. Luego el hombre colgó y no volvió a responder las llamadas de María Isabel Suriano.



Mortificada por su hijo menor de edad, con un poco de dinero, unas prendas y su otra hija se vinieron y comenzaron su búsqueda desde hospitales, la Cruz Roja, la Policía Naval y Estatal, pero no hay reporte de él.

La mujer exclamó que ha caminado tanto que le han salido ampollas y se le han secado de tanto caminar por la ciudad de Veracruz. Lo peor fue que le recomendaron denunciar su desaparición para que la policía también lo buscara.

María Isabel Suriano y su hija con la foto de su hijo y credenciales de ella, procedió ante las agencias del Ministerio Público Investigador de la zona Centro, pero ahí los secretarios en turno no la tomaron en cuenta, ni caso le hicieron y sólo la “batearon” para que otra Agencia la atendiera. Lo sorprendente fue que visitó varias agencias investigadoras y en todas no le aceptaron la denuncia de desaparición de su hijo.



Muy molesta y con ojos llorosos explicó que no era la forma de tratarlos por su condición de pobreza.

Aseveró que ella misma seguiría su búsqueda, sólo advirtió a las personas que le negaron su ayuda que “ahí estaba Dios y él sí los juzgaría a cada uno por sus acciones, pues no era la forma de tratarlos, ya que como madre está angustiada y a ellos les importa muy poco, sintiéndose superiores por su trabajo y a la gente sólo la desdeñan por ser humilde”.

Enseguida, la mujer tomó sus pocas cosas y su hija se fue caminando apresurada, con la rabia e impotencia por dentro, perdiéndose entre las calles que van hacia la zona de mercados.