Trabajadores de CMAS rompieron la banqueta para cerrar una fuga esta madrugada y se equivocaron

A quienes hacen posible alcalorpolitico.com:

Les escribe una vecina de la calle Corregidora, ubicada en el Fraccionamiento Los Ángeles de esta ciudad capital. El motivo del presente es reportarles que hoy en la madrugada, a las 00:57 horas, nos despertaron los golpes secos de un mazo contra el concreto de la banqueta. Al salir a ver de qué se trataba, mi esposo se encontró con una cuadrilla de trabajadores de CMAS que, en respuesta a un reporte de fuga de agua, rompían la banqueta para ubicar el tubo averiado. Dicha tarea les llevó, aproximadamente, dos horas y media.

Además del ruido provocado por sus instrumentos de trabajo, al parecer los señores (unos seis, si no mal recuerdo) estaban a las grandes pláticas e incluso exclamaron uno que otro grito. Estoy de acuerdo que estas expresiones son una forma de hacer menos pesadas sus labores. También coincido en que deben atender, con prontitud, los reportes hechos por los ciudadanos (en este caso fue un vecino quien reportó), ya que en esta época no estamos para desperdiciar nada.

Sin embargo, ¿qué pasa con nuestro derecho a dormir con tranquilidad? ¿por qué hacer ese tipo de maniobras, ruidosas en demasía, a esa hora?

Lo mejor de este suceso se los relato a continuación: Hoy por la mañana, después de revisar lo que los trabajadores de CMAS hicieron, mi vecino detectó que su toma no era la que tenía fuga, pues se nota que el agua fluye desde otra parte.

O sea: hicieron todo ese trabajo -y ruido- para nada. Peor aún, tal vez regresen -otra vez de madrugada- a buscar cuál es la tubería afectada. Creo el que hicieran esa tarea de noche, ayudados apenas por el alumbrado público y una pequeña lámpara que sostenía alguno de ellos, influyó para que su misión fracasara.

Ahora tenemos un boquete en la banqueta y otro a mitad de la calle. Ya se reportó a CMAS y estamos a la espera de que vengan a solucionarlo pronto; mientras tanto, les dejo este texto y algunas imágenes.

De antemano, gracias.

Ana Reyes