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Sección: V?a Correo Electr?nico

Un grupo de “Nadies” cerró la Unidad de Humanidades UV en medio de una “farsa democrática”

- Estudiante critica los métodos empleados en la protesta del Campus

- El cierre de la Unidad no cuenta con el apoyo unánime de alumnos

03/10/2012

alcalorpolitico.com

Señor Director de alcalorpolitico.com

“Nadie” ha cerrado la Unidad de Humanidades

Estudiante de la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas de la Universidad Veracruzana

No deseo desacreditar la protesta, critico los métodos empleados en ésta, las actitudes, la desorganización. La Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana está cerrada por un “consejo de huelga” cuyos integrantes no han dado la cara y creo que muy pocos conocen. Más aún, durante la reunión de alumnos del día de hoy 3 de octubre repetidamente pregunté quiénes conforman ese “consejo” para conocer a las personas que están tomando decisiones a nombre de las facultades que conforman la Unidad de Humanidades y como única respuesta por parte de las cabecillas visibles recibí un escueto “nadie”. ¡”Nadie” ha cerrado Humanidades y “Nadie” escribió un pliego petitorio! ¿Es posible esto? El procedimiento, según lo veo, es el siguiente: ese “Nadie” cierra la Unidad de Humanidades y un día después trata de la manera más lamentable de armar un pliego petitorio. Luego “Nadie” se rodea de otros “nadies” afines a su sentir para armar una farsa democrática y así imponer sus posturas. ¿Suena parecido? A veces los extremos, los contrarios proceden de la misma forma, son tan similares, que sólo se diferencian por la ropa, el peinado, los gustos musicales, etcétera.

Farsa democrática

Una de las razones que “Nadie” ha dado para cerrar la Unidad es “porque a la mayoría de los alumnos no les interesan los temas referentes a la Unidad de Humanidades y es la única forma de llamar la atención”. Pero aun así, con el desinterés general. Nadie convoca a una votación para que “la mayoría decida”. ¿Qué mayoría? ¿La minoría que se enteró de que hoy habría una reunión para decidir si se abría o no la Unidad? ¿La minoría que concuerda con la postura de Nadie y por lo tanto es la única legítima para ser tomada en cuenta?.

Se procedió de la siguiente manera: aquellos alumnos que llegamos hoy 3 de octubre a la Unidad nos reunimos, votamos y enviamos a un representante por cada una de las siete facultades que conforma la Unidad de Humanidades. Ni aun así las cosas fueron definitorias: tres facultades votaron a favor de la apertura de las instalaciones (Filosofía, Letras y Pedagogía) y cuatro pidieron continuar con el cierre, incluyendo la Facultad de Idiomas que aboga por el cierre pero con la reanudación de clases. Más allá de si este método fue realmente representativo, democrático, vamos, siquiera válido, saco dos conclusiones:

El cierre de la Unidad de Humanidades no cuenta con el apoyo unánime de los alumnos.

Según este ejercicio, cuatro de las siete facultades, piden que se retome la actividad académica. ¡La mayoría queremos clases!.

Como siempre las decisiones de unos pocos se imponen. ¿Tiene que seguir siendo así?.

Y nos juzgó a todos:

A aquellos intransigentes que creen que su postura es la única viable. A aquellos que promueven algo tan delicado como el cierre de instalaciones educativas sin un programa ni sustento ideológico. A aquellos apáticos que no han intervenido ni a favor ni en contra. A los que desacreditan con sus hechos y con sus palabras el derecho legítimo de la protesta. A los que nos sentimos brutalmente desilusionados por la cerrazón de nuestros compañeros. A los que no criticamos ni aceptamos la crítica. A los que no proponemos. A los que nos limitamos a señalar los problemas. A los que no alzamos la voz.

¿Imponer en lugar de convencer?

El cierre de la Unidad es improvisado. Uno esperaría que una decisión tan drástica como ésta fuera el último recurso de un movimiento organizado, que además viniera luego de una intensa campaña informativa y por lo tanto tuviera el respaldo unánime de los involucrados. ¿Qué se va a hacer, por qué y para qué? Aquí, “Nadie” se regodea y voltea para todos lados, “Nadie” se vuelve Todos y afirma: Todos lo aceptamos, Todos lo sabemos, Todos estamos de acuerdo. Pero no hubo ni hay información certera sobre las razones del cierre. ¿Por el 2 de octubre? ¿Por la reforma laboral? ¿Por problemas internos en la Facultad de Historia? ¿Por los gastos de los Halcones? ¿Por la paz mundial? No pretendo desmerecer cada uno de los puntos del quimérico pliego petitorio, lo que quiero hacer ver es que muy pocos, si es que no solamente Nadie, conoce los motivos del cierre. Mal comienzo, si no se conocen los motivos, las necesidades, las peticiones, entonces ¿cómo convencer, primero a los alumnos y luego a las autoridades? ¿Cómo sustentar una protesta vacía? No hay manera de convencer sin información, por eso el único recurso que tiene Nadie es la imposición. ¿Suena similar no?.

Y no hablo por hablar, lo vi: Esta mañana circulaba entre los alumnos versión tras versión de un pliego petitorio sin autor, sin forma, sin antecedentes y por tanto sin futuro. Fui testigo de peticiones que se estaban haciendo al momento, allá, en plena calle frente a las aulas vacías. Fue como ver a un boticario inventando enfermedades para sus medicinas.

Hoy me di cuenta, y esto me pesa en el corazón, que “Nadie” es ciego, sordo y mudo. Que “Nadie” no entiende de razones: ¿sirve más una escuela cerrada o una abierta?.

¿Acaso “Nadie” no percibe que está dejando escapar la maravillosa oportunidad de informar a conciencia y de manera creativa a los alumnos de siete facultades?.

¿Realmente las acciones de “Nadie” son en beneficio de los estudiantes o esconde intereses propios como esconde la cara?.

Hoy me di cuenta que es más fácil imponer que convencer y lamentablemente esto no lo aprendí de políticos, caciques o policías, sino de quienes se dicen estudiantes de humanidades.


Gerardo Martínez