Pese a sus connotaciones misóginas y de agresividad, la violencia sexual comunitaria contra las mujeres, descrita como piropos, halagos y la cosificación, continúa como un tema ordinario en la sociedad, reprochó la integrante del Centro de Servicios Municipales "Heriberto Jara" A.C. María de los Ángeles Godínez.
Al ofrecer el taller "Cómo acompañar a una mujer víctima de violencia" en el Palacio Episcopal, resaltó la situación común de menciones discriminatorias o sexistas contra las parejas o contra las hijas de ésta.
"En la calle un piropo es violencia sexual; si hay una mirada libidinosa, un pensamiento indebido, una mención incómoda es violencia sexual", enfatizó y puntualizó está situación de inseguridad en la calle.
Indicó en el último año, el CESEM ha brindado acompañamiento a más de veinte mujeres víctimas de violencia, y en muchos de los casos, es repetitiva la violencia sexual aunque no es evidente sólo en un acercamiento más a fondo con la afectada.
"Como que esa violencia es invisible, (...) la violencia se vive con la pareja como con la comunidad", refirió.
En alusión al taller, indicó que a través de este se capacita a colaboradoras de las colonias 21 de Marzo, Aviación Civil y la comunidad de Chiltoyac a modo de acompañar a mujeres víctimas de violencia.
"Una acompañante no es una sicóloga sino una mujer capacitada para entender a otra mujer y poderla orientar y en su caso canalizar al Instituto Municipal de las Mujeres", añadió Ángeles Godínez.