Historias de vida después de la tragedia en Tabasco hay muchas… ésta es una de ellas, Zareth Arroyo y Moisés Izquierdo son un matrimonio con dos hijos que radicaban en Villahermosa, ellos narran que decidieron enviar a sus hijos a casa de un tío para salvarlos de las inundaciones, pero ahí comenzó su propia tragedia.
Cuando empezó a subir el nivel del agua, tomaron la decisión de mandar a sus hijos a casa de un tío, pero el problema se complicó porque sus pequeños tuvieron que ser evacuados de la casa de este familiar porque a pesar de que no estaban inundados, no tenían agua para tomar y ello obligó a Protección Civil a sacar a los niños de ahí.
Al conocer esto, Moisés decidió ir en busca de sus hijos. Sorteó dificultades como caminar contra corriente diez kilómetros, “mi esposo se tuvo que ir caminando todo ese recorrido, contra corriente, le pasaban los coralillos cerca, todo esto lo hizo para alcanzar a nuestros niños, después pasó un camión que lo pudo trasladar hasta donde llegaban los helicópteros” narró Zareth.
Ella, ubicada en otra parte de Villahermosa, también se dio a la tarea de ir por sus pequeños al campo donde serían enviados a un destino desconocido en otra parte del país, “algo que nos tocó vivir es que en los helicópteros suben sólo a mujeres y niños, los varones no pueden irse con su familia. Las familias están divididas: el papá en un lugar, la mamá en otro y los hijos en diversos estados”.
Sus vástagos de siete y trece años pudieron estar con ellos, pues de manera milagrosa al campo donde estaba el helicóptero que se llevaría a sus hijos, arribaron tanto ella como él y pudieron reunirse. Ahí mismo se encontraron con los cuñados de Zareth y sus familias respectivamente; en total diez, acordaron aventurarse a salir de Tabasco en un camioneta, “pasamos muchas cosas pero ahora estamos todos aquí en Ciudad Mendoza con mis papás; nos quedamos todos sin nada sólo lo que traemos que es una maletita. Mis cuñados y sus esposas pues trabajan pero ahorita pues no hay donde o como” externó ella.
De igual forma destacaron que se están presentado muchos casos de embolias, ataques cardíacos, así como que el cólera, hepatitis “A”, dengue y muchas más infecciones propias del agua estancada, de los animales muertos, de la comida que se quedó en las casas inundadas y se echó a perder.
Manifestaron que esperarán hasta que el agua baje, para regresar y saber qué pasará con el crédito de su casa, además si el gobierno les apoyará para recuperar algunas cosas perdidas, por lo mientras estarán viviendo en Ciudad Mendoza, “gracias a Dios que tuvimos un lugar a donde llegar, un lugar seguro, pero hay personas que rompen las puertas de las casas de fraccionamientos nuevos para poder entrar y vivir ahí porque se quedaron sin su casa”.
Aseveraron que es mentira que no los evacuaron a tiempo, pues protección civil pasaba y les avisaba de que el nivel del agua subiría en gran proporción, sin embargo, al menos en el Fraccionamiento donde ellos vivían, los dos camiones que fueron enviados por la autoridades para salir de ahí y no quedarse atrapados, se regresaron vacios, pues no pensaron que la situación se presentaría tan grave, “nosotros nos íbamos a ir unos días y regresaríamos sin mayor problema, bueno eso pensábamos. No sabemos a que vamos a regresar el día de mañana, pero Dios es grande y se que nos va a ayudar, pues el ama a sus hijos”.
Momentos antes de concluir ésta charla, Lenin un niño de seis años e hijo del matrimonio se acercó a ésta reportera y expresó “yo quiero decir algo: la verdad a mi me preocupa que deje mi mochila y mi alcancía, era mucha agua la que había en Tabasco y la gente quería vender el agua en garrafón porque no había ya agüita”, esta es un historia como muchas que a diario se presentan en Tabasco, sin embargo como muchos otros a pesar de haber perdido todo lo material, salvaron la vida.