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Sección: Estado de Veracruz

Urge una nueva Constitución

Jorge Salazar García 02/11/2020

alcalorpolitico.com

Para muchos jóvenes la política en México es una porquería y lo mismo opinan de los partidos y los políticos. Eso no es gratuito, es el resultado de 80 años de la patológica corrupción que arrebató a la Nación el dominio de los recursos naturales y bienes patrios. Saben que caciques, políticos y empresarios asumieron como principios de su actuar esa contra-filosofía resumida en las frases siguientes: el que no tranza no avanza”, “no importa que robe, pero que salpique”, “no quiero que me den sino que me pongan donde hay…” “Un político pobre, es un pobre político”, “la corrupción somos todos” “este gallo quiere maíz”, “El año de hidalgo, pendejo el que deje algo. Además no ignoran que la corrupción sigue prevaleciendo en la mayor parte del país, que no desaparecerá por las buenas o porque el Presidente lo diga. La razón es sencilla: hicieron de la deshonestidad el lubricante del sistema político en casi TODOS los Estados y municipios de la patria.

Es tan profunda la corrupción que actualmente pocos dudan que intentar erradicarla de golpe (pacíficamente) es imposible o sería por lo menos, catastrófico. Tal juicio se refuerza por el hecho de que los políticos mafiosos siguen adentro sirviendo a las corporaciones para evitar cualquier intento radical de moralizar al Estado. Tienen los conocimiento y recursos (leyes, dinero y medios) necesarios para ello. Cuentan con una estructura legal (incluida la Constitución) creada, desde Miguel de la Madrid hasta Peña Nieto, que convirtió el SAQUEO de las arcas públicas en deporte de alto rendimiento. Manipulando las leyes legalizaron la sobreexplotación de los trabajadores, la destrucción de la Naturaleza y la impunidad.

En 1999[1], Luis Estrada, en su película “La Ley de Herodes”, mostró con gran maestría cuan prolíficamente creativos pueden ser los funcionarios para robar. Desde las primera escenas, Estrada, poniendo el dedo en la llaga, exhibe ese comportamiento. Aparece en primer cuadro el presidente municipal de San Pedro de los Saguaros (cactus) disparando una pistola al espectador. En seguida se ve la CONSTITUCIÓN de la que saca billetes guardados dentro de ella. Se entiende que previamente le arrancó las hojas para convertirla en caja. El alcalde llena un maletín, bolsea el cadáver de su víctima y sale huyendo. Para su mala suerte, apenas iniciada la huida, es alcanzado y decapitado por uno de los furiosos campesinos que le persiguen.



De esos cuadros iniciales pueden desprenderse varias metáforas; la más impactante es el “crimen” contra la Constitución: la ausencia de hojas, convierte en LETRA MUERTA su contenido. Con la escena del despojamiento del difunto y la acción de arrojarle con desprecio tres o cuatro billetes, tal vez el director quiso representar al pueblo masacrado e indefenso, al cual sólo migajas deben dársele. La tercera genial metáfora la ofrece con el portarretrato del presidente Miguel Alemán. El criminal rompe el cristal y desagarra la imagen para recuperar otros billetes ocultados en él, significando la impunidad que ese GRAN ladrón de México garantizó a sus compinches.

Antes de ser enviado, al sustituto Juan Vargas (Damián Alcázar) se le instruye que debe cumplir con el programa del Gobierno Federal: llevar modernidad y justicia social. Al llegar, ve un lugar desolado por la miseria: una cuantas casas de adobe con techos de paja y no más de 100 sobrevivientes lo pueblan. Pensando que se equivocó de pueblo, todavía optimista, se dirige a quién esta enfrente de una ruinosa construcción:

-¡Buenas tardes! Disculpe: ¿Habla español? Creo que nos perdimos. ¿No sabe que tan lejos esta San Pedro de los Aguaros?--Aquí es -Le responde- Usted debe ser el nuevo presidente municipal. Lo esperaba desde ayer. Soy Carlos Peck, su secretario- agrega el interlocutor.



En su primer recorrido por el pueblo, al sorprenderle el abandono de la Escuela, pregunta a su secretario por qué está en esas condiciones. Don Carlos le informa que fue construida por Cárdenas, pero al cambio de gobierno, al maestro se le dejó de pagar y se fue. Vargas insiste extrañado:

-Perooo, ¿… las puertas, las ventanas y todo lo demás?



- Eso fue cosa de uno de sus colegas.

-¿Que hizo?

-El muy canijo, un día decidió venderlas junto con el pizarrón, las bancas y todo lo que había de valor



–¡¿Así nomas!?

- Sí..., no vendió los adobes fue porque no encontró quién se los comprara. Si hubiera encontrado a quien venderle el pueblo entero, lo hubiera hecho. Es que nos ha tocado cada presidente municipal que para qué le cuento.

Al día siguiente Vargas se percata de que no hay dinero por lo que decide regresar a la capital. Ya en la oficina de su elector, le dice: – licenciado se acabó el presupuesto y así, …, esta difícil. Faltan muuuuchas cosas.- El secretario de gobierno le da un tomo de la Carta Magna y agrega:


- Te voy a ayudar. Ahí tienes un compendio de las leyes federales y las del Estado; ¡Ahí tienes!- enfatiza- Si lo sabes usar, ya verás que a todo mundo le puedes sacar algo: multas, impuestos, licencias. Si usas la ley a tu conveniencia. ¡Ya esta todo listo! Recuerda que en este país el que no tranza no avanza. En ese momento le da una pistola- Recuerda: todo lo que esta en este librito que diga el poder ejecutivo, legislativo y judicial ¡Eso eres tú! ¡La máxima autoridad!

”HECHA LALEY, HECHA LA TRAMPA”



Así precisamente gobernaron todas las administraciones pasada. Claro que no lo realizaron solos, estuvieron asesorados por los gringos. Obedientes ($$$), los neoliberales del PRIAN-PRD aceptaron “reformar” toda la estructura legal para privatizar la industria petrolera y los bienes nacionales. Sin dar un golpe de Estado como en Chile en 1973, nuestros políticos lograron construir un entramado normativo e institucional conveniente a los intereses de las corporaciones. De igual modo, para impedir su reversión dejaron poderosos candados (Ley de Amparo, Tratados, concesiones por hasta 100 años, etcétera.) y muchos socios atrincherados en el nuevo régimen. Hicieron la ley, hicieron la trampa, para que prevalezca lo privado sobre lo público y hacer muy difícil su derogación. Una salida posible sería hacer algo parecido a lo ocurrido en Chile: convocar a elaborar una nueva Constitución. El domingo 25 de octubre, el digno pueblo Chileno demostró que no es una utopía convertir en realidad lo imposible; arriba del 70 % votó por cambiar la carta magna pinochetista profundamente neoliberal. En México, los zapatistas convocaron (1994) al pueblo con ese propósito en la Convención Nacional Democrática. Hubo otros intentos, pero en aquella ocasión trabajadores, pequeños comerciantes, indígenas, estudiantes, profesionistas, artistas y escritores conformaron la primera esperanza anti-neoliberal seria para rescatar la Nación. El otro ejemplo lo brindó el pueblo boliviano al vencer en las urnas a los alfiles locales neoliberales.

“EL DÍA DE HOY LES HEMOS DADO UN SOPAPO, LES HEMOS DADO UN REVÉS

Orlando Gutiérrez[2], líder de lo Mineros de Bolivia, al conocer el triunfo del candidato del MAS (Movimiento al Socialismo) el pasado 18 de octubre ante la prensa dijo que la gente había votado contra la discriminación, la prepotencia y en contra de quienes “No les ha importado más que,…la corrupción, humillar y discriminar al pueblo boliviano. Cambie usted “boliviano” por “mexicano” y descubrirá que la clase rica de aquí es igual: fascista e inhumana. ¿Somos capaces de darles un sopapo?



Ya se los dimos el 2018. Como dijera Paco Ignacio Taibo “se las metimos doblada pero eso no ha sido suficiente para suprimir sus privilegios. Es más, con la incorporación de mafiosos a MORENA el amasiato PRIANPRD se vislumbra como una orgía en el 2021. Lo dicho: los jóvenes tienen razón: los políticos y los partidos NO tienen remedio. Siguen provocando al tigre.

[2] Tres días después, sufrió un atentado que le llevó a la muerte el 21 de octubre.