El reporte de vecinos del fraccionamiento Galland registrado por corporaciones preventivas al filo de las 19:30 horas del miércoles, sobre la presencia de dos menores amarrados al interior de la vivienda marcada con el número 2, quienes presuntamente eran golpeados por su abuela y su tío, movilizó a elementos preventivos para agilizar su rescate.
De acuerdo a las instancias preventivas, fue a través de una llamada anónima como se conoció que al interior de la vivienda los gritos de dos menores alertaron a vecinos quienes solicitaron la inmediata intervención de las fuerzas del orden.
Al lugar se trasladaron dos unidades de la Policía Municipal de Río Blanco, quienes arribaron al citado domicilio; la llamada fue atendida por una mujer, a quien los vecinos identificaron como la abuela golpeadora.
Los preventivos asignados a la vigilancia del sector explicaron que su presencia obedecía al reporte de vecinos sobre un presunto maltrato registrado al interior del domicilio.
No obstante, la mujer se opuso a permitirle el acceso a los policías, negando en primera instancia el hecho y en segundo término arguyendo que sólo con un mandato del juez o autoridad competente podían tener acceso al domicilio.
Justo en el momento en que la abuela se negó a proporcionar sus generales y les exigió a los policías que se retiraran del lugar, en la escena apareció un menor de aproximadamente cuatro años, con visibles golpes en la cabeza.
Según la anciana, el menor se había caído de la cama minutos antes por estar brincando, por lo cual los policías a cargo le hicieron ver el hecho de que el reporte sería turnado al Sistema para el desarrollo Integral de la Familia, DIF, municipal.
La mujer les indicó que le hicieran como quisieran y que no tenía ningún temor de ser requerida pues le tendrían que demostrar las acusaciones; sin embargo, fueron los vecinos quienes señalaron que no es la primera ocasión que los menores son golpeados por la abuela.
Señalaron que los padres de los menores trabajan y le dejan la custodia de los menores a la abuela, sin embargo, es cuando los padres ya no están el momento en que aparentemente comienza la agresión hacia los infantes, por lo cual el DIF deberá investigar esta situación.