Venta de fierro viejo ya no deja como antes, ahora hay que buscarle para vivir honradamente

En la marginada colonia Ana Carreto, entre calles enlodadas, casas de lámina, trozos de madera vieja y postes inclinados donde hay un enjambre de cables, vive un grupo de carretoneros que se vieron amenazados por el operativo de la Fiscalía General del Estado y tuvo que parar su trabajo por 15 días, hasta conseguir la renta de una camioneta para volver a laborar.

A las ocho de la mañana en la colonia Reserva Tarimoya, a un costado de la iglesia de mormones, lugar de reunión previo a las labores diarias de los carretoneros, se había previsto una junta con el regidor José González; el enlace entre ambas partes fue la vecina María Eugenia Jiménez.

Al percatarse de la presencia de los medios de comunicación, dijo apresurada, "mejor le aviso a Ana Carreto, no se vaya a enojar de que haya prensa y ella ni por enterada".



Luego de haber aceptado el encuentro, la junta se trasladó hacía el mismo núcleo de la colonia irregular Ana Carreto; para llegar ahí, había que pasar sobre pequeños corredores que por la noche parecerían imposibles para un extraño, incluso con algo de excremento animal, que yacía en lo que parecía un camino de campo minado.

En la parte medular de la colonia, ya esperaban cerca de 15 jóvenes; unos sentados en la parte trasera de un auto y que hacía las veces de mueble, con vestiduras deshilachadas, mientras que otros, parados, recibieron de buena cara y muy atentos la visita del Regidor y los medios de comunicación.

Mientras se desarrollaba la plática entre el funcionario del Ayuntamiento y los jóvenes excarretoneros, Job López Gómez se movió del lugar para acomodar su triciclo, ahora su vehículo de trabajo; luego de haber vendido su carreta y caballo ante la amenaza de la Fiscalía General del Estado.



"Nos decían que nos iban a decomisar la carreta, que no entráramos para allá para el centro; de que me la quiten, pues mejor que se vaya a la chatarra y el caballo que se vaya para el rancho, barato, pero pues..."

Job se tapaba con la mano el sol de las 9 de la mañana que le daba de lleno en la cara, al tiempo que afirmaba que la colecta de fierro ya no es como antes, pues ahora se tienen que desplazar más lejos, a los ranchos y cuestionó la situación tan mala que se pasa si se desea seguir viviendo de una manera honrada.

Del operativo que les fue anunciado, comenzaría este 20 de abril organizado por la Fiscalía, tuvieron conocimiento a inicio de mes y para evitar un problema mayor, pues incluso temieron ser llevados presos, decidieron modernizarse; pero la escasez de dinero no les permitió hacerlo tan rápido.



"Me quedé sin trabajo como unos 15 días. Pues me tuve que ir de albañil, pero está cabrón", expresó con una risa nerviosa.

Dijo de manera segura y clara, que él sí cuenta con todos los documentos que le pide la financiera para poder obtener un préstamo y comprar una camioneta de 20 mil pesos para recolectar fierro; pero la misma financiera le pidió un abono inicial de 2 mil 500 pesos, cantidad que aún no ha juntado.

Por ahora renta un vehículo para ir a trabajar, pero el alquiler diario es de 300 pesos, aparte la gasolina, por lo que dice que tiene que sacar más de 500 pesos diarios para poder llevar algo de comida a la casa.



"Antes yo era mi propio patrón", expresó y recordó que la "chinga" ahora es mayor, pues si bien les va, consiguen que les paguen el fierro en cuatro pesos con cincuenta centavos y así cubren la cuota mínima para sacar el día.

"Muchos tenemos familia, tenemos esposa, rentamos. Queremos que nos den una prórroga mayor, les pido a las autoridades que nos digan a dónde acercarnos y que nos den las facilidades porque muchos no tienen para cubrir ciertos requisitos", concluyó.