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Sección: V?a Correo Electr?nico

La ciencia desde el Macuiltépetl

¿El principio del fin del conocimiento libre y la libre circulación de la información?

Manuel Mart?nez Morales 01/09/2011

alcalorpolitico.com

El Anti-Counterfeiting Trade Agreement (ACTA), o “Acuerdo comercial anti-falsificación”, es una propuesta para un acuerdo comercial plurilateral, según sus promotores, en respuesta al "incremento de los bienes falsificados y obras protegidas por copyright pirateadas en el mercado global". El ámbito de ACTA es amplio, incluyendo la falsificación de bienes físicos, así como la "distribución en Internet y las tecnologías de la información".

En octubre de 2007, los Estados Unidos, la Comunidad Europea, Suiza y Japón anunciaron que negociarían ACTA. Además, los siguientes países se han unido a las negociaciones: Australia, Corea del Sur, Nueva Zelanda, México, Jordania, Marruecos, Singapur, los Emiratos Árabes Unidos, Canadá. Las negociaciones de ACTA se llevan en secreto.

A pesar de que el título del tratado sugiere que el acuerdo sólo cubre falsificaciones de bienes físicos, aunque realmente tendrá un alcance más amplio, incluyendo "la distribución de Internet y de las tecnologías de la información". Un documento, que se filtró, sugiere que los siguientes puntos serán incluidos en ACTA: nuevos regímenes legales para “incentivar a los proveedores de acceso a Internet a cooperar con los titulares de derechos en la eliminación de materiales que infringen la ley, medidas penales e incremento del accionar aduanero en las fronteras.”

En el caso de México, la aprobación la debe dar el Senado, que se encuentra en una etapa de análisis y discusión.

Los opositores al ACTA advierten sobre el riesgo de que su aprobación violente la privacidad de los usuarios, además de que consideran que se trata de debilitar la faceta social gratuita de la web, para favorecer su comercialización a ultranza. Pero también tiene otras implicaciones, como la de establecer un control autoritario, así como la censura y represión, sobre las redes sociales que hacen uso de las nuevas tecnologías de la información.

Sin embargo, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, dijo en representación de los firmantes de ACTA, que el reto que supone Internet no puede se ajeno a la vigilancia de los gobiernos, los únicos representantes legítimos de la voluntad general.

Esta última declaración revela uno de los verdaderos objetivos del ACTA: ejercer un control estricto sobre medios informáticos de acceso y distribución del conocimiento, pues, en la sociedad global actual –la sociedad de conocimiento- el conocimiento y la información constituyen factores de poder, sea para dar continuidad a la dominación imperialista (ya entrada en su etapa fascistoide), o bien para resistirla.

Ya se han establecido instituciones vigilantes como la "Software Publisher's Association", que ha sido reforzada en su rol policíaco por la "Business Software Alliance". Esta no es una fuerza policíaca, pero extraoficialmente actúa como si lo fuera. Utilizando métodos que recuerdan a la antigua Unión Soviética, invita a la gente a informar sobre posibles infracciones de sus compañeros de trabajo y amigos.

Se trata de tener un control sobre los medios informáticos y las redes sociales sostenidas en esa infraestructura. Las políticas de seguridad descritas no son imaginarias. Son este tipo de medidas las que pueden llevar a extremos, como ya ha sucedido –y sucede con o sin ACTA- durante las revueltas en los países árabes y en Inglaterra, y recientemente aquí en Veracruz, donde se ha buscado bloquear, o incluso suprimir la operación de las redes sociales, llegándose en ocasiones al extremo de perseguir “legalmente” a quienes hacen uso de estos medios, confundiendo –según declaraciones de un magistrado- lo que podría configurar un delito cibernético con “terrorismo”. Seguramente porque los nuevos medios de comunicación no sólo escapan a la manipulación informativa auspiciada por las clases dominantes en todo el mundo, sino porque llenan los vacíos informativos propiciados a conveniencia de los grupos en el poder.

La comunicación que se establece en las redes sociales, a mi entender, es una alternativa –quizás difusa aún- por construir alternativas para aproximarnos a un mejor conocimiento y comprensión de nuestra realidad, a través del libre intercambio de información, de ideas y de propuestas. Creo que puede ser el embrión de un proceso de construcción colectiva de conocimiento. Es esta función la que debe protegerse de medidas autoritarias como las derivadas de ACTA y de actos atolondrados, e injustos, de los gobiernos locales.

(Para el lector interesado: “Networks, Crowds and Markets: Reasoning about a Highly Connected World”, de D. Easly y J. Kleinberg; Cambridge Univ. Press, 2010)

Reflexionar para comprender lo que se ve y lo que no se ve.