En La Perla tocaron las campanas para reunir a la población y avisar del robo a la Iglesia

Este jueves al mediodía las campanas de la iglesia Santa María de Guadalupe, ubicada en la cabecera de este municipio, comenzaron a sonar de manera inusual; el párroco Proceso Sebastián llamó a misa, el motivo era para efectuar una misa y pedir perdón por el robo del dinero de tres alcancías de este templo.

A este sitio llegaron más de 300 personas, algunas ya sabían de lo ocurrido yotras más preguntaban por qué el sacerdote había llamado a misa. Inició la Eucaristía y Proceso Sebastián se dirigió a sus feligreses explicando el motivo de la cita, después pidió a Dios perdón por aquellos que hurtaron el dinero que había en estas alcancías, mismo que es producto del esfuerzo de la gente de este municipio pobre.

Después de la misa, el párroco explicó a los medios de información que la noche de este miércoles se reunió con unas personas, luego se fue a tomar un café con unos ahijados que están de vacaciones con él y ya al filo de las 01:00 horas de este jueves se fueron a dormir a sus habitaciones de la casa parroquial.

Pero al filo de las 6:45 horas de este jueves, el sacristán buscó en su casa (en la misma parroquia) al sacerdote para informarle que el vidrio de la puerta trasera estaba quebrado, que el marco de la puerta de la sacristía lo dañaron, por lo cual acudió de inmediato al Santísimo para ver si no lo habían robado y confirmó que no.

“Pero el desastre fue en las alcancías que las abrieron, creo hasta con un marro, pero por fortuna había muchas huellas porque las dejaron marcadas en el vidrio, pero ya se denunció ante el Ministerio Público”, indicó el clérigo.

Añadió que fueron destrozadas tres alcancías que contenían alrededor de 12 mil pesos, que fue el dinero que los feligreses habían depositado durante seis meses como parte de su devoción.

Proceso Sebastián presumió que la gente que entró ya conocía el camino, porque fue justo a donde pensaban que podría haber dinero “como acaba de pasar la Semana Santa y los eventos se hacen ahí atrás todo mundo entra. Y no vienen sólo los que quieren ser santos, sino también los maloras. Una vez dejé mi celular en el altar y sólo caminé a la sacristía y ya no estaba”, consideró que lo ocurrido es la falta de valores, de educación.

Antes de concluir, indicó que tomarán medidas de precaución como buscar que alguien vigile la iglesia, asegurar más las puertas, no dar permiso que la gente pase a la parte de atrás “quiero conseguirme un perro, siquiera que avise o que ladre”, finalizó.