Felicita Arzobispo de Xalapa a quienes participaron en la marcha a favor de la vida

El arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, en la homilía de este domingo felicitó a quienes participaron en la marcha a favor de la vida, el matrimonio y la familia, pero quienes no lo hicieron les dijo que "están reprobados", pues aseguró que estuvo muy concurrida y bonita.

Al pedir que levantaran la manos los fieles que habían participado en la marcha, se dio cuenta que habían sido pocos a pesar de que estuvo muy concurrida.

Sin decir un número exacto, comentó que la cantidad de personas que acudieron a la marcha fue casi similar a los que acuden a la procesión del silencio en Semana Santa.

"Están reprobados, nada más unos cuantitos, todos los demás se hicieron pato, estuvo muy hermoso, fue muy participado, yo calculé más o menos el mismo número de personas que asiste a la procesión del silencio que hacemos en Viernes Santo, nada más que aquella celebramos la muerte del señor y todo está en silencio y ayer todo era alboroto, se trataba de la vida, el matrimonio y la familia".

El Arzobispo no habló acerca de la agresión verbal que sufrió por parte de algunos fieles el manifestante solitario que se presentó en Plaza Lerdo para exigir respeto a sus derechos y asegurar que la homosexualidad no es garantía de degeneración, motivo por el cual algunos participantes de la marcha le gritaron "échenle agua bendita".

Antes de finalizar la misa los exhortó a defender la vida de los no nacidos que aún se encuentran en el vientre de su madre, por lo que dejó en claro que los católicos y la iglesia mantienen su postura en contra del aborto.

Igual que el domingo pasado el Arzobispo se limitó a leer su sermón y el cuentito que cada domingo dedica a los católicos con un mensaje que en esta ocasión fue sobre compartir los alimentos, el pan y los peces.

Por otro lado, en su homilía comentó que los fieles deben aprender a ser mejores personas, pues lo importante son las actitudes para con las demás personas, pues destacó que lo importante es compartir el pan y no esconderlo para comerlo solo.

Insistió en que no hay que ser egoístas ni sentirse superior por tener más recursos y mejores oportunidades, sino ser compartidos y agradecidos con Dios por tener la oportunidad de compartirlo con los que menos tienen.

Afirmó que los pobres no deben sentirse inferiores o avergonzados por no tener abundancia económica, dado que Dios no se fija en el valor de las personas por ese motivo.

"Ricos o pobres, tenemos el mismo valor, los mismos derechos. La grandeza de las personas no están en sus bienes económicos sino en su manera de enfrentar la vida y de amar al prójimo, nadie es tan rico que no pueda recibir, ni tan pobre que no pueda dar algo de sí”.

Exhortó a los fieles a que siempre predomine la generosidad en ellos y estén siempre dispuestos a ayudar a las demás personas que necesiten.