Incrementa el maltrato y envenenamiento de perros en Huatusco

Se han encontrado perros quemados con aceite, con ácido o con agua hirviendo, perros violados por el ser humano o con objetos, perros atrincados de los árboles; hace unas fechas se encontró un perro que le sacaron los ojos y después le pegaron un balazo en el cuello; es una crueldad lo que viven algunos perros en Huatusco.

Después de lamentar lo anterior Francisco José Bringas, miembro de la Asociación de Protección de Animales en Huatusco, dijo que las 11 denuncias interpuestas ante el Ministerio Público de abril a la fecha –En este año 2016–, no son suficientes para detener esta atrocidad.

Tan solo en estos últimos meses que fueron agosto y septiembre, se llevan 30 perros envenenados y otros 15 son gatos.



En lo que respecta al maltrato, se tienen informes que entre tres y cuatro perros por semana sufren maltrato; lo que habla de la insensibilidad de la gente.

Dijo que todo esto es producto de la falta de cultura en cuanto al cuidado animal; pero lo más difícil, expuso, que como asociación, atender estos animales –que la mayoría anda en la calle–, a pesar de tener sus dueños; representa un gasto.

La gente no quiere entender que un perro en la calle es un problema de salud pública; y que atenderlo, es un gasto de alrededor de mil pesos; porque un animal requiere de atención especial; sobre todo cuando es atropellado y hay que atenderlo.



Comentó que hay casos lamentables como el de la semana pasada que mataron a un perro a tubazos, o el que machetearon en el municipio de Ixhuatlán, que desafortunadamente falleció.

Es decir, dijo, hay casos donde los propietarios han hecho el señalamiento directo buscando la reparación del daño; pero en su mayoría las denuncias se hacen en contra de quien resulte responsable, porque no se sabe o conoce en los momentos que matan a los animales.

Hizo un llamado a la ciudadanía que cuiden sus perros, que no los saquen a la calle; y que si no le gustan los perros, que no los adquieran, porque después se convierten en un problema de salud pública y que sufren atropellos; cuando como ser vivo, tiene el derecho de tener un espacio y recibir la atención que se merecen.