Jóvenes evaden temas de desapariciones; piensan que no les podría suceder: Graciela Flores

A fin de recordar que hoy se cumple el segundo aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, directivos de la Unidad de Servicios Bibliotecarios e Información (USBI) de Ixtaczoquitlán, organizaron el evento “Diálogos por la Paz”, al igual que en otras sedes de la Universidad Veracruzana.

Al respecto, la directora de esta USBI, Graciela Flores Bello, indicó que se quiso, a través esta actividad, recordar a los estudiantes de la Universidad Veracruzana la realidad sobre el tema de la seguridad y desapariciones, porque los jóvenes están vulnerables.

De hecho, reconoció que pocos participaron y otros más mostraron desinterés, en gran medida porque prefieren evadir este tipo de temas, “la negación es un camino fácil, entonces son jóvenes y creo que es válido que piensen que a ellos no les podría suceder, pero los que somos adultos, otra es nuestra visión”.



En este evento se presentó una mesa de diálogo donde intercambiaron sus puntos de vista tres ponentes. De igual forma, fueron exhibidos tres cortometrajes que abordan el problema de las desapariciones y para finalizar, en el patio central, se expusieron caricaturas de los rostros de los normalistas, hechas por mexicanos y extranjeros.

De igual forma, Ernesto Castañeda presentó el libro: "43: Una vida detrás de cada hombre”, el cual fue editado por la Universidad Veracruzana y hace referencia a los 43 normalistas desaparecidos.

En este sentido, Castañeda destacó que este texto busca mostrar a la sociedad la realidad de aquellos estudiantes de la Normal Rural “Isidro Burgos”, la cual es de pobreza, pero también con deseos de superación.



Explicó a los presentes en el evento que, hace dos años en la Facultad de Letras Españolas de la Universidad Veracruzana, se les ocurrió mostrar las vidas de los estudiantes de Ayotzinapa, "participamos la doctora Esther Hernández Palacios, directora de Difusión Cultural de la UV; Enrique Padilla, alumno de maestría; y yo. Lanzamos una convocatoria a nivel nacional y respondieron 49 escritores y el resultado es este libro".

Resaltó que las historias de estos estudiantes eran diversas, pero todas tenían algo en común: querer superarse, sacar adelante a sus familias y darles una mejor calidad de vida.

Indicó que él acudió hasta aquella región de Guerrero, y se encontró con historias como la de Cutberto, “su abuelito era amigo de Lucio Cabañas, el señor desapareció en 1970 y ahora fue él quien ya no regresó”.



O la de aquel joven que decidió regresar a la normal para darle una vida mejor a su esposa y dos hijos; después de la noche de aquel 26 de septiembre no volvió y ahora su hijo mayor, de tan solo 8 años, vende dulces y su cónyuge tiene también que trabajar para mantener su hogar.