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Sección: Estado de Veracruz

Zoológico de Veracruz se encuentra en el olvido e inmerso en una jungla de cemento

- La mancha urbana formó una barda perimetral que rodea el parque e impide su crecimiento

- Especies que habitan el lugar viven bajo condiciones no óptimas para su desarrollo

- Poco han hecho autoridades municipales y la PROFEPA por rehabilitar el recinto o trasladar a los ejemplares

Cinthia Z??iga Veracruz, Ver. 14/01/2017

alcalorpolitico.com


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El parque zoológico y botánico “Miguel Ángel de Quevedo”, ubicado en la calle del Campesino de la colonia Ortiz Rubio, en la ciudad de Veracruz, requiere intervención inmediata por parte de las autoridades municipales, estatales y federales para mejorar la calidad de vida de las especies que habitan en su interior.

Este espacio, cuya superficie supera los 47 mil metros cuadrados de tierra y laguna y que es considerado el pulmón más grande de esta ciudad, se encuentra abandonado pese a los intentos de los trabajadores y veterinarios de trabajan en este lugar.

Presuntamente fundado en 1928 por el investigador del Departamento Forestal de la Secretaría de Agricultura, Miguel Ángel de Quevedo –aunque en su biografía no sobresale este dato- el actual zoológico nació originalmente como una reserva natural y vivero donde se cultivaban plantas de diversos tipos.



Con el paso del tiempo, cuando comenzó a surgir fauna silvestre en los árboles y plantas de este recinto, los alcaldes que gobernaron Veracruz optaron por transformarlo paulatinamente en zoológico, instalando jaulas y rejas para albergar a los animales.

Sin embargo, la mancha urbana creció y llenó la ciudad de edificios, casas y concreto, lo que formó una barda perimetral que rodea este zoológico e impide su crecimiento, por lo que los animales que lo habitan quedaron inmersos en una jungla de cemento.

Aunque en algún momento este zoológico, mejor conocido como “Viveros”, fue un importante atractivo turístico del Estado a nivel nacional, hoy se encuentra en el olvido por parte de quienes se encargan de este inmueble.



Anteriormente, el parque tenía activas atractivos con más de 15 grandes felinos, el Guanacaxtle que es el árbol más antiguo de la ciudad con más de 250 años, tirolesa, área de picnic, un trenecito donde chicos y adultos viajaban a través del zoológico, lanchas en la laguna que es considerada sitio Ramsar, alberca y chapoteador, grupos de boy scouts, herpetario, comederos y brincolines; ahora sólo queda la alberca, un par de tiendas que venden refrescos y golosinas, así como juegos oxidados y trampolines inservibles.

ANTECENDENTES

Dentro de este parque luce una placa de reinauguración colocada por el exalcalde y actual subsecretario de Turismo, Roberto Bueno Campos, quien al parecer remodeló este espacio el 30 de abril de aquella época.



Conforme pasaron los años, el zoológico continuó llenándose de animales que no cabían en sus jaulas pero ante la respuesta de los visitantes, las autoridades continuarán permitiendo la llegada y donación de especies.

Ante el éxito del parque, en 2009 la empresa particular “Patrulla Animal” colocó un herpetario con más de 60 especies de reptiles e insectos, espacio donde por quince pesos los visitantes podían tocar y conocer el comportamiento de boas, iguanas y pequeños lagartos.

Pese a las limitadas condiciones del zoológico, el lugar operaba adecuadamente, hasta que en 2010 el huracán “Karl” dañó severamente este espacio, derribando árboles, techos de jaulas y desprendiendo mallas.



En 2011, durante la administración municipal de Carolina Gudiño Corro, quien recurrió al exgobernador Fidel Herrera Beltrán, se invirtió un millón de pesos para rehabilitar la clínica animal, oficinas, área de nutrición, caseta y área de cuarentena, así como la impermeabilización de 200 metros cuadrados de losa y azotea, también se aplicaron 900 metros cuadrados de pintura en muros y plafones y se instalaron portones de nuevo acceso principal.

También se donaron animales como un cerdo vietnamita, una cabra enana, una pantera onca y algunos halcones, con lo que se preveía que este zoológico se consolidaría como una de los parques más importantes del país.

En marzo del 2012, al interior de este recinto animal nacieron dos tigres de bengala, cuyos padres habitaban en este recinto.



En marzo del 2013, la alcaldesa recibió a “Adir”, un cachorro de león africano de cuatro meses de edad proveniente de una unidad de manejo de Xalapa.

Pese a esta remodelación, en 2013 la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) decomisó 92 animales salvajes de este zoológico por las pésimas condiciones en las que habitaban, además de que no se logró acreditar la legal procedencia de 161 animales y porque la administración de Gudiño Corro no cumplió con actualizar su plan de manejo y la construcción de una barda perimetral para incrementar la seguridad de las especies.

MUERTES MISTERIOSAS



A partir de este decomiso, quedó en evidencia las deplorables condiciones en las que vivían los animales de este lugar; en junio del 2013, la tigresa “Garrita” con un año y medio de edad, falleció a causa de una peritonitis infecciosa felina.

Pese a la muerte del animal, PROFEPA consideró que había sido una muerte común y propia de los felinos, por lo que no decomisó los tigres, león, tigrillo, puma y pantera que quedaban en el zoológico.

En octubre del mismo año sucumbió “Lito”, un mono aullador a causa de un mal gastrointestinal y al mes murió su compañero de jaula “Andy”, por un cuadro de hipotermia.



Además, la PROFEPA dio cuenta del extravío o robo de 5 tortugas del desierto así como de la muerte inexplicable –por el momento- de otros 5 animales, entre los que se encuentran un basilisco, un halcón aplomado, dos martuchas y un loro nuca amarilla; sin embargo, PROFEPA no procedió contra el zoológico, por lo que el recinto siguió operando.

DESIDIA MUNICIPAL

Al arrancar la administración del alcalde Ramón Poo Gil, el tigre de bengala “Cucho” –padre de las tigresas que nacieron durante la gestión de Gudiño Corro- fue retirado de exhibición ya que el funcionamiento de sus patas traseras era nulo debido a un padecimiento del sistema nervioso, conocido como “mielopatia”.



En julio del 2014, “Cucho” fue trasladado al Centro de Investigación de Fauna Silvestre (CIFS) en la ciudad de Pachuca en donde se rehabilitó y posteriormente fue enviado a una reserva natural en Estados Unidos.

Poco después, arribaron al zoológico veracruzano dos animales decomisados por PROFEPA: un oso americano y un tigre de bengala, pues esta dependencia utiliza el parque como espacio de resguardo de especies decomisadas por ser la Unidad de Manejo Ambiental (UMA) más grande de la entidad.

También llegaron cinco monos, mismos que fueron boletinados por el ayuntamiento de Veracruz como “cuatro ejemplares de Mono Araña, dos machos y dos hembras, un “Mono Papión”, macho descolmillado y en condiciones regulares de salud”.



En diciembre del 2014 murió la pantera onca “Moro”, el animal falleció atrofiado por un padecimiento crónico llamado aspergilosis, es decir bacterias que afectaron el aspecto de su piel, aunque las autoridades no aclararon cuál fue la razón específica de su muerte.

Pese al deceso de este animal en peligro de extinción, Poo Gil consideró inviable cerrar el zoológico bajo el pretexto de la alta afluencia de visitantes que presuntamente registraba el lugar.

El munícipe aseguró que el espacio se encontraba debidamente resguardado y en condiciones para continuar operando pues cuenta con autorización de PROFEPA y SEMARNAT.



El 7 de abril del 2015, tras 17 años de vivir en el zoológico a donde llegó cuando tenía un mes de edad, falleció la leona africana “Gina” a consecuencia de un tumor maligno que ocasionó metástasis en su cuerpo.

El 10 de mayo de este año, falleció el león africano “Adir”, que llegó durante la administración de Gudiño Corro, felino que murió al ser intervenido quirúrgicamente tras haberle detectado una fractura en la tibia de su pierna izquierda, herida que se produjo por las malas condiciones donde habitaba.

Tras estos decesos, el 26 de junio de 2015, la PROFEPA decidió a actuar y ordenó el traslado a la Ciudad de México y a Oaxaca a los 12 felinos silvestres que quedaban en “Viveros”.



Los animales reubicados fueron tres leones africanos, dos tigres de bengala, dos jaguares, dos tigrillos, un jaguarundi, un puma y un ocelote, especies que, con excepción del tigre y león, son nativas de México.

En cuanto se fueron los felinos, los dueños del Herpetario optaron por irse del zoológico el 13 de julio del 2015, por lo que el recinto animal se quedó solamente con más de 360 animales de 46 especies endémicas.

Pese al reciente retiro de especies por las pésimas condiciones del lugar, el 3 de diciembre de ese año, la PROFEPA volvió a usar al zoológico “Viveros” como reserva de animales asegurados al llevar una tigre de bengala, un jaguar hembra, un dromedario y una llama macho que fueron asegurados durante un operativo desarrollado por en la comunidad de Ejido Guillermo Prieto, municipio de Coatzacoalcos, Veracruz en donde se realizó la inspección a un particular por la posesión de los ejemplares que no pudo acreditar la posesión legal de éstos, además de no presentar su registro como Predios o Instalaciones que Manejen Vida Silvestre (PIMVS), ni la autorización del Plan de Manejo correspondiente, documentos emitidos por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).



Estos animales permanecen en el zoológico pues la PROFEPA no ha ordenado su traslado.

Durante el tiempo que lleva esta administración, el regidor con la comisión de Medio Ambiente, José González Martínez, ha manifestado las malas condiciones en las que se encuentra este lugar, ha mencionado que buscará la llegada de inversión privada para cambiar de lugar el zoológico e incluso ha cerrado simbólicamente el inmueble, pero su activismo verbal no se ha concretado en hechos que beneficien a los animales de dicho recinto.

Incluso se habló de la remodelación del inmueble con una inversión municipal de 17 millones de pesos, pero el proyecto no se ha concretado.



EL AGONIZANTE PULMON DE VERACRUZ

Aunque al interior del zoológico se han dado reproducciones satisfactorias de especies como venados, aves endémicas, conejos y llamas, las condiciones en las que habitan no son óptimas para su desarrollo.

Debido al deterioro del inmueble, la laguna se encuentra verde y maloliente, las jaulas despiden aromas a orina y heces fecales de los animales, el acceso a la tirolesa y al mirado se encuentran cerrados y al pasar sólo se observa el deterioro de estos lugares.



La mayor parte de las jaulas donde habitan animales que necesitan de lagos artificiales lucen secas o con agua estancada que forma natas verdes, blancas o cafés en la superficie donde se sumergen cocodrilos y tortugas; mientras que el dromedario opta por beber su orina al no encontrar un recipiente con agua donde beber, por lo que una espesa capa de saliva le recubre la boca y los mapaches, monos y demás mamíferos se aburren de recorrer a diestra y siniestra las cuatro esquinas de su morada.

Son pocas las personas que visitan este lugar donde hay bellos y dóciles animales que aún muestran curiosidad al observar humanos acercarse a sus jaulas, pese a las condiciones en las que viven, aunque muchos otros también acuden a la alberca que tiene este lugar donde se imparten clases de natación con sombra natural que brindan las decenas de árboles que adornan el área.

Los esfuerzos de los trabajadores que limpian el zoológico y alimentan a los animales y el trabajo de veterinarios que sanan a animales enfermos o rehabilitan fauna silvestre que lleva la población al encontrarla en la calle, serán esfuerzos en vano ya que falta personal y recurso para que este zoológico sea un espacio digno para los animales.



Ahora que los felinos se fueron y ya no han ocurrido muertes animales que se hayan difundido de forma oficial, todo apunta a que el parque “Viveros” permanecerá intacto por parte de las autoridades municipales y federales, pues aunque sus condiciones no son óptimas, continúa abierto al público y sigue siendo un lugar de resguardo para fauna en decomiso.