Ir a Menú

Ir a Contenido

Sección: Vía Correo Electrónico

¿Cómo evaluar la improvisación gubernamental en la tercera alternancia?

Eduardo de la Torre Jaramillo 18/12/2018

alcalorpolitico.com

Sería una falacia afirmar que estamos ante un cambio de paradigma político sólo porque ganó un partido relativamente nuevo que obtuvo la mayoría de votos en la presidencia de la república; basta recordar que ya en el caso de los gobiernos emanados del PAN del año 2000 al 2012, si bien ganaron el poder ejecutivo, paradójicamente no tuvieron el poder político, algo parecido le podría pasar a Morena, -aún con su mayoría en el Congreso de la Unión-.

Para empezar este análisis, es pertinente mencionar que el periodo de transmisión del gobierno federal y la mayoría de las gubernaturas es de los más largos en el mundo, son cinco meses de espera para la toma de posesión, en ese lapso se debieron haber preparado los ejes centrales del próximo gobierno o traducido en el lenguaje de la administración pública, las acciones del gobierno, cuya finalidad es mejorar la vida de los ciudadanos, y la medición exacta es el presupuesto, en el cual el dilema gubernamental para el caso mexicano es: a) para el beneficio electoral en votos del gobierno y/o, b) para mejorar la vida de los ciudadanos; es decir, que en el caso nacional se privilegia el interés personal sobre el bien común.

Dado lo anterior, tanto en el gobierno federal, como en los gobiernos estatales ganados por Morena, aunque para el primero desde la campaña electoral definió el gabinete y allí empezaron las “ocurrencias”, como el costosísimo precio que se pagará por la cancelación del NAIM, y después vino la iniciativa de ley de eliminar las comisiones de los bancos, con sendas acciones extragubernamentales (aún sin haber tomado posesión forzaron a tomar esas decisiones ante un gobierno federal ausente) perdieron la confianza de los mercados, al menos en cuanto a la inversión extranjera, y así continuaron las ocurrencias como en el tema de seguridad pública que priva la indefinición o mejor dicho la decisión de

militarizar al país; el de los “superdelegados”, más la visión retro en el tema energético, ya que refinar el petróleo crudo pesado significa reconvertir las 6 refinerías con las que cuenta el país, mientras Canadá tiene 20, y los Estados Unidos 142, no sólo es asimétrica la cantidad de refinerías con los socios comerciales para competir, sino que la construcción de dos refinerías tendrá un costo de 30 Mil Millones de Dólares, los cuales únicamente se pueden financiar con deuda pública, porque no hay recursos para hacerlas, ni los expresidentes Calderón ni Peña pudieron construir una por los altos costos; en el caso del primero en 2007 tenía un precio de 9 Mil Millones de Dólares; y en el segundo se elevó a 12 Mil Millones de Dólares en 2013, y cuya construcción es de 5 a 6 años promedio, lo que significa que la “gran estafa” de la campaña fue el de bajar el costo de la gasolina, al menos en este sexenio eso no se logrará.

Continuando con la reflexión anterior, la presentación del presupuesto 2019 hace unos días refleja lo sostenido líneas arriba, porque se van a privilegiar los intereses personales del presidente López Obrador, al financiar el “Tren Maya” desde la irracionalidad, puesto que sin planeación, sin estudios de impacto ambiental se va a realizar con los agravantes ambientales (por ejemplo, los ambientalistas afirman que con ese tren desaparecerán el 50% de los jaguares en el país); todo esto indica que se corrobora que el presidente no escucha a nadie y que al parecer en lugar de asesores -tiene brujos quienes son los que toman las decisiones-; el incremento presupuestal al Ejército; la rehabilitación de las refinerías; el 40% del presupuesto a los estados será controlado por los “superdelegados” (engañaron a los gobernadores con el tema de la seguridad pública); y lo que se recortará en el presupuesto será: las universidades públicas; al Conacyt; los programas de género (y eso que es un gobierno dizque de izquierda, acción que lo acerca más a un gobierno conservador); al campo; al “seguro popular”; y los sueldos a funcionarios, entre los más representativos.

Además de todo lo anterior, regresamos a hechos y discusiones superadas como la división de poderes, porque el nuevo gobierno es de símbolos y no de políticas públicas, por lo que se pretenda regenerar al “viejo presidencialismo metaconstitucional”, si ya tiene sometido al poder legislativo con su mayoría mecánica; pues ahora pretende doblegar al poder judicial, al INE, al INAI, al Banco de México, ya desapareció al Instituto Nacional para la Evaluación Educativa, y sólo falta que también le incomode la CNDH, todo esto porque la única explicación de esa obcecación de destruir la transparencia, la democracia, la calidad educativa, y hasta los derechos humanos con la militarización del país, pues se refleja en la alta posibilidad de que se intente la reelección presidencial para el 2024.



En los casos locales, quizá el más dramático en términos gubernamentales sea el caso de Veracruz, en donde la incapacidad, ineficacia, inexperiencia, improvisación, ineptitud se observa fehacientemente en los 17 municipios gobernados por Morena, los casos más representativos son Coatzacoalcos, Xalapa, Poza Rica, Minatitlán. Posteriormente, se observó que en el Congreso de Veracruz, en donde sólo 10 de los 30 diputados de Morena, PT y PES tienen título universitario, lo cual se traduce en errores legislativos graves, como la realización de la dispensa para que dos titulares no veracruzanos de una secretaría y la contraloría se les permitiera asumir sus funciones después de su toma de posesión y no previamente; después un fracaso del juicio político en contra del fiscal, porque el voluntarismo no puede destruir el diseño institucional de esa nueva figura jurídico-política, y finalmente una convocatoria-invitación para postularse como magistrados que terminará en una comedia de los próximos integrantes del Tribunal Superior de Justicia, lo que se observa es que la ignorancia legislativa es tremendamente atrevida, en donde el presidente de la Junta de Coordinación Política es relegado a la nada por el que sólo debe conducir las sesiones del congreso, el mundo legislativo al revés.
En la parte gubernamental estatal en donde copiar es lo más fácil, el problema se encuentra en los resultados, allí están los casos de la reducción salarial, en la cual el presidente ya no ganará los 108 mil pesos que pregona, sino lo que está plasmado en el Presupuesto 2019 es que ganará 156 mil pesos; otra pifia es imitar la Ley de Remuneraciones, -es como ver la tormenta y no hincarse-; inclusive, el proponer reformas constitucionales cuando sólo gobiernan a17 municipios y se necesita la aprobación de 107 Ayuntamientos para que se concrete dicha reforma constitucional; y quizá lo más complejo fue que el propio equipo de prensa publicó una fotografía en donde inaugura una calle en un municipio en donde ni los perros callejeros se acercaron al gran acontecimiento, y para finalizar este análisis, un gabinete fallido en donde el secretario general de gobierno se está consolidando como un representante de la “metafísica de la banalidad”, o mejor dicho en su neomarxismo la historia no se repite como farsa, porque aquí la historia se hace como caricatura; todo esto inmerso en las 80 muertes en 15 días de gobierno, esto por la ausencia de un plan y acciones de seguridad pública por parte de su secretario, el “nuevo Ranger” que administra la secretaría de seguridad pública, y que no les importa la seguridad de los ciudadanos, porque es mejor convertirse en cocineros en pueblos fantasmas que gobernar a una entidad federativa como Veracruz.