De la nada y sin previo aviso, un día de invierno el mar tocó a las puertas del hotel El Doral.
En minutos una marejada redujo a escombros 2 suites construidas para hospedar a los recién casados al arrullo de las olas de Costa Esmeralda.
“Les decíamos ‘suites lunamieleras’ y por una marejada quedaron en ruinas y en 10 minutos eran puro escombro”, relata Guillermo de Alba Pineda, dueño de El Doral en Monte Gordo, en la Costa Esmeralda, una de las zonas más afectadas por el retroceso de la línea de playa en el litoral del Golfo de México.
En entrevista el hotelero estimó que en los últimos 8 años el mar avanzó al menos 140 metros en localidades de la Costa Esmeralda, municipio de Tecolutla.
En el caso de las 2 suites destruidas, Guillermo de Alba explicó que el oleaje “invadió” 20 metros para adentrarse por tierra en enero de 2023.
“De 2014 podemos decir que se ha llevado 100 metros y los otros 40 metros, desde el 2006 a 2014 pero cada vez va avanzando más rápido”.
Aparte de El Doral, los “nortes”, las marejadas y la pérdida de playa afectan a los hoteles De Alba, Estrella de Mar, Bon Jesús, La Roca, Canadian Resort y El Palmar, además de casas de hospedaje derribadas por el mar.
Para paliar el fenómeno los hoteleros levantaron muros de piedra en la línea de costa, aunque dicha solución implica perder el principal atractivo de la franja turística: el acceso al mar de aguas esmeraldas.
“En el hotel ‘Estrella de Mar’ pusieron piedra en todo su frente y a los costados y ya no tienen accesos. Tienen que pasarse a un terreno vecino que tiene un poco de playa y por ahí bajan, pero playa ya no tienen. En el ‘Bon Jesús’ sucumbió un restaurante a la orilla de la playa. Lo ladeó y le comió por abajo y pusieron rocas pero por la roca no puede bajar la gente. El hotel ‘Roca’ se amuralló y ya está rodeado de agua, no tiene acceso a la playa”.
Las murallas resultan insuficientes contra el golpeteo ininterrumpido de las olas, aunado a una inversión mínima de 200 mil pesos por cada hotel para contener las marejadas.
“Ahí va uno batallando. Sale caro eso porque en esta zona no hay piedra, pura arena y hay que traerla. La traen adelante de Carranza (municipio de Vega de Alatorre) y va uno ‘campechaneándole’ para proteger y no quedarse sin efectivo”.
Cada viaje de piedra asciende a 5 mil 500 pesos y por acomodarlas, cobran mil 500 pesos adicionales, aunque sólo sirve para proteger un metro y medio de playa.
“Y hay quien tiene 100 metros de frente, otros tienen 50, otros 30 y es dependiendo del ancho que tiene uno. Y no baja el gasto de 200 mil pesos. Pero viene la marejada y desacomoda todo”.
Por la pérdida de playa, Guillermo advierte que el mar redujo a menos de 80 metros su distancia con la carretera Gutiérrez Zamora-Nautla y por lo tanto urgió a emprender acciones por parte del Gobierno Federal contra el fenómeno.
“Y Costa Esmeralda se va a perder porque no se ha hecho nada y lo que estamos haciendo es muy chiquito, muy poquito y efímero”, sostuvo.
Veracruz en 2073: olas de 14 metros
El avance del mar y la pérdida de playa afectan a toda la Costa Esmeralda, desde la congregación La Guadalupe hasta Casitas, en donde la línea de costa retrocedió entre 50 a 100 metros en los últimos 20 años.
En dicha franja turística prestadores de servicios advierten a la vez de un oleaje cada vez más elevado a consecuencia del ingreso de los sistemas frontales, frentes fríos o “nortes”, en el Golfo de México.
De acuerdo con el Organismo de Cuenca Golfo Centro de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), en la última temporada invernal los eventos de “norte” rebasaron velocidades de entre los 80 y 110 kilómetros por hora en el litoral veracruzano.
El pasado 29 de abril, el puerto de Veracruz registró una racha de 123.1 kilómetros por hora y anteriormente el 3 de marzo el viento alcanzó los 107.4 kilómetros por hora en Bahía Sur y el 13 de enero, los 99.8 kilómetros por hora en Bahía Norte, además de 105.5 kilómetros por hora en la Central Nuclear de Laguna Verde.
Además, un análisis del Instituto Mexicano del Transporte (IMT) proyecta que en el transcurso de 50 años el ingreso continuo de “nortes” generaría olas de entre 8 y 14 metros en el litoral de Veracruz.
De acuerdo con la publicación técnica número 754 titulada “Estimación del oleaje por eventos extremos no tropicales (nortes) en el Golfo de México”, el IMT calcula el incremento del oleaje en el Golfo de México a partir de los resultados de 5 funciones de distribución de probabilidad:
La Función Frechet estimó olas de 14 metros en el litoral veracruzano, la Función de Weibull dio valores de 11 metros, la Función Exponencial y la Distribución de Gumbel proyectaron olas de 10 metros en playas del sur de la entidad y por último la Distribución de Rayleigh los menores valores, con 8 metros.
Los modelos referidos calcularon sus parámetros para un periodo de retorno de 50 años, es decir, para el 2073.
“Se desprende que el oleaje debido a los eventos extremos no tropicales impacta, principalmente, al Estado de Veracruz y de ahí, con menor rango, a los estados de Tamaulipas, Tabasco y Campeche, Yucatán y Quintana Roo”, muestra el análisis.
En entrevista el investigador del Instituto Mexicano del Transporte (IMT) y coautor de la publicación, Rodolfo Ramírez Xicoténcatl, refirió que los modelos estadísticos consultados proyectan un mayor incremento del oleaje en aguas del puerto de Veracruz.
Explicó que las funciones de probabilidad en cuestión reflejan los “valores máximos”, del oleaje a partir de un análisis estadístico sustentado en datos históricos y por lo tanto, “puede ser menos o puede ser un poquito más”.
“Pero finalmente es una estadística… es un valor esperado”.
Playas que desaparecieron
Un análisis publicado en 2019 por la Secretaría de Protección Civil (PC) estimó una pérdida de playas cercana a los 15 mil metros cuadrados en el litoral veracruzano.
El reporte titulado “Riesgo en playas por aumento del nivel del mar y posibles medidas de adaptación”, revela una continua pérdida y ganancia de playas en una franja de 359 kilómetros, es decir, lo equivalente al 49.8 por ciento de los 720 kilómetros de la línea de costa del Estado de Veracruz.
Luego de analizar imágenes del litoral veracruzano con 4 distintos tipos de software: QGIS, GDAL, GIMP y Python y de complementar los datos con mediciones fijas en Costa Esmeralda, Protección Civil estimó una pérdida de playa de 4.411 kilómetros cuadrados (4 millones 411 mil 946.5 metros cuadrados) contra una ganancia de 4.397 kilómetros cuadrados (4 millones 397 mil 004.6 metros cuadrados).
Al comparar ambos resultados, Protección Civil advierte una mayor pérdida de litoral contra la ganancia, con una diferencia de 14 mil 941.8 metros cuadrados “desaparecidos”.
“Hubo disminución de playa, pérdida de sedimentos de arena, pero por falta de equipo no continuamos el estudio”, versa la publicación.
Consultado por
alcalorpolitico.com, el coautor del análisis, Saúl Miranda Alonso, explicó que se confirmó el avance de la línea de mar en Costa Esmeralda tras analizar 8 años de mediciones en el punto.
“Sí, la alarma sigue en pie. Estamos perdiendo playas. Todo indica que vamos a seguir perdiendo playas. Esto no se va a detener”, proyectó.
Miranda Alonso (Doctor en Ciencias Naturales y Maestro en Oceanografía Física) advirtió que la extracción de arena de las cuencas contribuye al fenómeno de pérdida de playa, dado que los ríos aportan de manera natural sedimentos útiles para la costa.
Ejemplo de lo anterior, el pasado 4 de enero, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) ingresó el proyecto de impacto ambiental 30VE2022HD131 promovido por un particular para extraer 75 mil 813 metros cúbicos de arena y piedra del lecho del río Tecolutla.
Dicho cuerpo de agua desciende de la Sierra Norte de Puebla y desemboca en el municipio de Tecolutla y de acuerdo con el documento, la explotación se realizará en el Ejido Lomas de Arena, municipio de Gutiérrez Zamora.
El proyecto contempla que en un periodo de 5 años se extraigan el equivalente a 5 mil 416 camiones de volteo con una capacidad de 14 metros cúbicos cada uno.
Adicionalmente, una investigación alojada en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) exhibió un avance en la erosión de playas en Costa Esmeralda, Chachalacas (municipio de Úrsulo Galván) y Boca del Río desde el 2017.
Titulada “Desarrollo de un Índice de Riesgo sobre la ocurrencia de opresión costera en el centro norte del Estado de Veracruz”, el trabajo a cargo de Leticia Cortés López muestra una continua erosión desde 1986 en adelante en Casitas (municipio de Tecolutla), además de las playas Boca de Ovejas, Punta Delgada, Doña Juana y Chachalacas.
Turismo en riesgo
De acuerdo con el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (DENUE), la economía en Tecolutla gira alrededor del turismo con 435 establecimientos de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas, además de 398 comercios al por menor, mientras que de la pesca apenas subsisten 40 empresas entre cooperativas, acuícolas y pescaderías.
En el caso de Costa Esmeralda en las localidades de La Guadalupe, Flores Magón, El Palmar, La Vigueta, Casitas y Monte Gordo operan 135 comercios diversos además de 106 servicios de hospedaje y de restaurantes.
En entrevista, la empresaria Gloria Santiago González advierte que en los últimos 20 años el mar avanzó al menos 50 metros en las congregaciones de La Vigueta, La Guadalupe y Monte Gordo.
“La comunidad de Monte Gordo está perdiendo playa, en Vigueta ya ni se diga, en La Guadalupe ya se acercó demasiado el mar, en Casitas igual. Todas las comunidades están padeciendo la pérdida de playas”, refirió.
Explicó que con cada ingreso de ondas tropicales o “nortes” el mar se acerca cada vez más a la infraestructura hotelera de Costa Esmeralda.
“Nosotros hemos hablado con gobernadores, con secretarios de turismo, con SICT (Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes), pero nos indican que esto se tiene que ver directamente con Marina y es una inversión millonaria”.
La empresaria adjudicó el incremento de la pérdida de playa a la obra inconclusa de una escollera en la cabecera municipal de Tecolutla y por lo tanto, el oleaje rompe en Costa Esmeralda.
“Nos han dicho que se tienen que hacer los estudios para ver si se metería espigón o en su defecto se metiera escollera, pero hasta ahorita como tal de decirnos ‘hay que hacer esto’, todavía no”.
Gloria Santiago urgió a la intervención de las autoridades para realizar el estudio de la obra de mitigación a la brevedad posible.
“Todos los empresarios en este momento estaríamos de acuerdo que se hicieran los estudios para hacer esa obra”.
Las obras que no se hicieron
Guillermo De Alba explica que durante la administración de Felipe Calderón Hinojosa la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (STC) presentó un proyecto de estabilización de playa en Costa Esmeralda.
Las autoridades complementaron el proyecto, con un costo de 80 millones de pesos, con estudios de impacto ambiental e hidrológicos y en ese entonces, la SCT proyectó disminuir la fuerza de las olas y mover sedimentos (arena) a la playa y evitar la erosión del litoral.
Sin embargo, con el cierre del Gobierno de Calderón Hinojosa en 2012 se quedó en suspenso el proyecto.
“No lo hicieron. Se quedó ahí y nadie lo volvió a mover. Eran rompeolas, eran unos muros en el mar y tenían de base 20 metros de piedra y luego subían 15 metros y terminaban 2 metros arriba y eran 8 rompeolas”.
A lo anterior, añadió que la construcción de una escollera durante la administración del alcalde José Manuel del Río Virgen (2005-2007) en Tecolutla agravó el fenómeno de pérdida de playa en la Costa Esmeralda.
De dicha obra, De Alba Pineda advirtió que esta se ejecutó sin ningún estudio de por medio.
“Desde que se hizo esa escollera empezaron los problemas para Costa Esmeralda”.
En 2019, en el contexto de una gira de trabajo en Poza Rica, los hoteleros le solicitaron al presidente Andrés Manuel López Obrador su intervención en el problema de la pérdida de playa, sin embargo, el Ejecutivo no dio una respuesta a sus demandas.
“Ojalá que en estos meses que quedan nos dieran un apoyo para echar a andar este proyecto de estabilización de playas. Ya llevaba él un año en el Gobierno y le queda un año. Yo espero que le dé tiempo de ayudar”.