Las denominadas “dark kitchens”, o cocinas negras o fantasma, continúan siendo un dolor de cabeza y una competencia desleal para los restauranteros, lamentó el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (CANIRAC) Orizaba, Josué Cruz Mendoza.
Recordó que durante la pandemia de COVID-19 estos negocios cobraron mayor fuerza y no pagan impuestos ni cumplen con sus cuotas ante el IMSS o el INFONAVIT, lo cual afecta directamente a los comercios formalmente establecidos. “Mira, esto surgió a raíz de la pandemia. Definitivamente hubo un aumento impresionante en el tema del autoempleo y que vino a perjudicar al sector, digamos que está bien establecido”, dijo.
Indicó que el aumento de este tipo de comercios llegó a alcanzar hasta el 150 por ciento, una cifra que calificó como impresionante y que no ha disminuido, incluso ahora en la llamada nueva normalidad. El empresario comentó que las autoridades deberían inspeccionarlos, pero también consideró que los mismos propietarios tendrían que buscar la forma de regularizarse y convertirse en negocios formales, pues actualmente operan en la ilegalidad.