Si la eutanasia fuera legal en México, Enna Berrón habría tenido un final digno y sin dolor, afirmó su hija, Lucila Novelo Berrón, al compartir el sufrimiento que vivió su madre durante 8 años tras ser diagnosticada con el Síndrome de la Persona Rígida (SPR), una enfermedad neurológica poco común que provoca rigidez progresiva y espasmos intensamente dolorosos.
Con la voz entrecortada Lucila relató que su madre le suplicaba ayuda para dejar de sufrir, pero ni la familia ni el personal médico podían hacer algo más que acompañarla en su deterioro físico. “Fue un proceso muy largo, de mucho dolor. Ella nos decía: ‘Ayúdenme a dejar de sufrir’. No tenía calidad de vida y nadie pudo ayudarla. Cumplió 100 años el 25 de febrero y falleció el 4 de marzo. Estaba completamente lúcida”, narró. La enfermedad apareció cuando Enna tenía 93 años y aunque su mente se mantuvo clara hasta el final su cuerpo fue cediendo poco a poco a los estragos del síndrome hasta morir en marzo de 2025.
Lucila explicó que su padre fue médico legista, por lo que estaba familiarizado con el proceso de la vida y la muerte. Aseguró que él también habría estado a favor de una decisión que permitiera a su esposa partir sin prolongar el sufrimiento. “Cuando hay esperanza se puede luchar, pero cuando ya no hay posibilidad cada día se vuelve más cruel. Todos pedíamos que la dejaran descansar, que ya no la conectaran, pero no podíamos hacer nada. Así se fue, sin poder evitarlo, doblada por el dolor”, compartió.
Agregó que en sus últimos años a su madre le fue colocada una sonda para orinar, lo que sólo agravó su situación física y emocional. Lucila asistió a la presentación del libro “Eutanasia y Tanatología”, del abogado Marco Antonio Madrazo Carrión, donde tomó la palabra para contar su testimonio. Su intención, dijo, es generar conciencia y abogar por que el tema vuelva a ser discutido en los congresos locales y nacionales. “Lo cuento para que otras familias no pasen lo mismo, para que se legisle y se permita elegir una muerte digna”, concluyó.