Después de dos años de pandemia, volvieron a aparecer cientos de judas y diablos en calles del municipio Cuitláhuac, arrancando así la Semana Santa con esta tradición de más de 135 años.
En este Domingo de Ramos, desde muy temprano, al ritmo del tambor llegaron estos personajes a la parroquia Cristo Rey para acompañar en su procesión a cientos de personas hacia la Iglesia de la Cruz, donde se bendijeron palmas.
Esta tradición se ha conservado de generación en generación y hoy aglutina a más de 550 participantes; 300 judas, más de 120 reyes y 50 diablos, aunque el próximo Sábado de Gloria, esperan ser más de 600.
Al respecto, el presidente de esta organización de Judas y Diablos, Rigoberto Malagón Trejo, explicó que es una herencia que les dejaron padres a hijos, nietos a bisnietos y tataranietos, atrayendo a jóvenes, niños y adultos.
Comentó que al llegar a estas fechas ya deben tener listos sus trajes, únicos en el país, comenzando a reunirse desde enero.
“Aquí no cualquiera se puede vestir del personaje como le venga en gana, todo va por escalafón; los de recién ingreso se visten de judíos, y tienen que pasar muchos años para que puedan usar el traje de Rey y al final de Diablo; así es que nadie se pasa de lanza, va por categorías, van escalando poco a poco; pero además, cada uno tiene un encargo que cumplir”, dijo.
Malagón Trejo señaló que, los Diablos y Judas en Cuitláhuac son un grupo muy compacto.
“Nunca se han dividido en dos grupos, e incluso los que se formaron en Mata Clara, dependen de su grupo, para una mejor organización, porque prevalece el respeto y la cordialidad”.
En este domingo fue sorprendente la participación de los judas y diablos que iban resguardando a los feligreses, que cantando sus alabanzas caminaron cuadras y más cuadras para llegar a la Iglesia de La Cruz.
Malagón Trejo expresó que la gente ya estaba ansiosa por su aparición, ya extrañaban los chicotazos y las carreteadas a los jóvenes para llevarlos a traer la rama tinaja para el Jueves Santo y “la quema de judas”, que en esta ciudad es el Sábado de Varas: el parque de esta ciudad es el testigo mudo de los “varazos” en las piernas que se dan entre los jóvenes, sin llegar a la violencia.
Apuntó que para esta Semana Santa, Cuitláhuac espera cerca de 14 mil visitantes para el Viacrucis, la Pasión de Cristo.
Tan sólo este día, fue un río de gente para la bendición de palmas; familias respondieron a la tradición de este municipio que ahora espera con los brazos abiertos a los visitantes.