Acuario de Veracruz, espacio de conservación y reproducción de especies marinas

El acuario de Veracruz, además de ser uno de los recintos animales más destacados de Latinoamérica, es un espacio donde se promueve la conservación y reproducción de las especies marinas.

Entre los proyectos de conservación que tiene este recinto destaca el laboratorio de medusas, un espacio donde estos animales marinos son “cultivados” en cautiverio con lo que se logra la reproducción exitosa de miles de celentéreos al año.

El responsable del área de medusas, Rafael Andrés Palma Cruz, biólogo de 24 años de edad, egresado del Instituto Tecnológico de Boca del Río, quien desde hace año y medio se encarga de supervisar y controlar la reproducción de estos animales.



El especialista explicó el proceso de reproducción de las medusas en cautiverio, cuya primera fase consiste en colectar pólipos en las lagunas de Mandinga o La Mancha.

Los pólipos son asexuales y son la fase inicial de la medusa, estos animales se colocan al interior de un refrigerador con una temperatura de 21 grados Celsius -que es menor a la temperatura con la que naturalmente viven- lo que “estresa a los animales y logra que, al cabo de un mes o mes y medio, los pólipos al vivir bajo estrés controlado y alimentación adecuada, liberan éfiras. Cada pólipo puede liberar entre 50 y 60 éfiras.

Las éfiras son medusas jóvenes longitudinales, que conforme van creciendo comienzan a desarrollar la campana, es decir, la circunferencia de su cuerpo y cuando esto sucede se convierten en medusas.



Posteriormente, las medusas adultas son “estresadas” con ligeros cambios en la temperatura del agua, con lo que liberan espermatozoides y óvulos al agua, de donde nacerán nuevos pólipos para continuar con el proceso de reproducción controlada que se realiza dos veces al año.

Palma Cruz, mencionó que conforme crecen, las medusas se mueven de pecera y de temperatura para continuar con el proceso reproductivo.

Señaló que cuando adquieren el tamaño adecuado, las medusas se colocan en exhibición para que el público las observe.



El biólogo detalló que al interior del Acuario se exhiben medusas luna, ortigas de mar y medusas invertidas que son especies endémicas del Estado, aunque también se exhiben otros tipos de plancton como tenóforos y especies invasoras.

Palma Cruz aclaró que las medusas deben estar separadas por especie, de lo contrario se comen entre sí.

“Dependiendo de la temporada colectamos en Mandinga y en La Mancha, en mayo tenemos medusa australiana de puntos blancos que es una especie invasora y balitas de cañón, también tenemos tenóforos que no son medusas, pero como son parte del plancton y tienen cuerpo gelatinoso también las colectamos”, dijo.



Palma Cruz mencionó que las medusas que se exhiben en el Acuario tienen toxicidad baja, pueden alcanzar hasta 60 centímetros de campana y de largo de tentáculos en su hábitat natural, aunque su esperanza de vida es de un mes a año y medio, dependiendo de la especie.

Comentó que las alimentan con la fase larvaria de la artemia que es un crustáceo, pero en su hábitat natural comen larvas, huevos de peces, crustáceos, moluscos y “todo lo que les quepa en la boca”.

El joven biólogo mencionó que además de exhibir las medusas que se cultivan, estos animales también se mandan a otros recintos marinos que las piden como la reserva natural de Xcaret y el acuario Inbursa.



También los jóvenes y niños que toman los cursos de verano que se realizan al interior de este recinto animal, pueden subir al área de laboratorio donde conocen el proceso de transportación de nutrientes de las medusas mediante la inyección de colorantes vegetales en las campanas de estos animales, con los que se colorean los canales radiales de su cuerpo y así pueden observar el proceso digestivo del animal.