Los derechos de niñas y niños expuestos a violencia siguen quedando en segundo plano frente a la atención que se brinda a las mujeres víctimas, que tampoco es como se desearía, advirtió la directora del Colectivo Feminista Cihuatlahtolli, María de la Cruz Jaimes García.
Denunció que, pese a ser testigos y víctimas directas, los menores siguen siendo ignorados en las políticas públicas. Recordó que cuando operaba el refugio de esta organización en Orizaba, se atendía no sólo a las mujeres violentadas, sino también a sus hijos e hijas, quienes mostraban plena conciencia de la situación que vivían. Sin embargo, desde la perspectiva estatal, el acompañamiento a las infancias ha sido prácticamente inexistente.
“La atención integral se perdió. Hoy ni siquiera hay acompañamiento legal en el refugio estatal. Sólo canalizan los casos, pero no hay seguimiento emocional, psicológico ni social”, afirmó.
Cifras de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) refuerzan la gravedad del problema: diariamente en el país una niña es asesinada, otra se suicida y cerca de 50 menores llegan a hospitales por violencia familiar. De la Cruz Jaimes urgió al Estado a reconocer que las infancias no son una consecuencia secundaria, sino sujetos de derechos que requieren protección inmediata y efectiva. No pueden seguir siendo invisibles, concluyó.