Afirma que en oficinas de Gobierno les han bloqueado algunos sitios de Internet

Señor Director:

En las oficinas de Gobierno del Estado, de unas semanas para acá se está presentando un ominoso caso de censura que mucho nos sorprende, sobre todo cuando el Gobernador en repetidas ocasiones ha hablado de transparencia, de respeto a la libertad de expresión y de diálogo y puertas abiertas.

Resulta que prácticamente el acceso a internet se halla bloqueado. Ya no es posible, en muchas áreas, consultar portales de diarios, o páginas de información.

Ha llegado a tal grado la paranoia, que hasta los portales de juegos son bloqueados. Muchos empleados que trabajamos sin un horario fijo y a veces llevamos a nuestros hijos al trabajo más por necesidad al no tener quien nos los cuide, hemos notado la tristeza en nuestros críos al ver que no pueden acceder a una página de algunos juegos cien por ciento sanos, sin malas expresiones o violencia.

El responsable de esta actitud, nos aseguran a los trabajadores, es el "de allá arriba" ¿Por qué? ¿Piensan que queremos enterarnos de cosas de la política que sólo ellos saben?.

Puedo afirmarle que a quienes menos interesan las cuestiones político electorales que se avecinan es a nosotros, los empleados de gobierno. Acostumbrados a ser ninguneados, bocabajeados por los que llegan al inicio de cada sexenio, lo mismo nos da "Chana" que "Juana".

Nos preocupa esta censura. Sobre todo si comparamos con el gobierno anterior que fue de una apertura extraordinaria. No nos interesan las páginas pornográficas o de contenidos impropios. Esas que las bloqueen cuantas veces quieran o puedan. Nos preocupa el trato como si fuéramos menores de edad. El Gran Hermano de Orwell ha sentado sus reales en las oficinas de Gobierno por el obtuso criterio de algún funcionario de tercera, porque no creemos que la orden haya partido del Ejecutivo estatal.

Gracias, don Joaquín; gracias, licenciada Ortiz Lizardi.

Si hay censura, mayor es el delirio de persecución. Espero su comprensión por no poner mi nombre ni el de compañeros inconformes con la misma situación.