Alcubierre, White y los viajes Warp

El pasado sábado 11 de diciembre, leí una nota en el periódico catalán La Razón en la que se comenta el descubrimiento realizado por el ingeniero aeroespacial Harold White de la NASA. White al estar trabajando sobre el “efecto Casimir” en la aerodinámica de las naves espaciales, observó que ocurría una estructura a micro/nano escala que predice una distribución de energía/negativa que responde a la métrica planteada por el físico y matemático mexicano Miguel Alcubierre.

El “efecto Casimir” consiste en la fuerza de atracción entre dos objetos metálicos que se asocia al vació cuántico, y el descubrimiento accidental, como ha ocurrido en varios casos de la ciencia, refiere a la formación de una “burbuja de deformación” (Warp Bubble) que, aunque pequeña por la escala en la que estaban trabajando, abre la posibilidad de conocer cómo llegar a viajar por el espacio interestelar a una velocidad análoga a la de la luz. Descubrimiento que no refiere a la velocidad Warp (o empuje de curvatura) popularizada en la serie de ciencia ficción de Star Trek, sino a una realidad que cuadra con la solución matemática que propuso Alcubierre.

Miguel Alcubierre es investigador y profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Fue director del Instituto de Ciencias Nucleares de dicha institución educativa y ha impulsado líneas de investigación en física fundamental o teórica y experimental en campos tales como: física de detectores, átomos fríos y materia oscura. El modelo matemático de Alcubierre parte de la hipótesis de que es posible viajar a velocidades iguales o superiores a la luz aprovechando la curvatura del espacio-tiempo demostrada por Alfred Einstein en su Teoría General de la Relatividad.



En artículo que publicó en 1994 en la revista Classical and Quantum Gravity, planteó que es factible un viaje interestelar “supralumínico” (superior a la velocidad de la luz) dentro de una burbuja de deformación. La teoría consiste en un modelo que diseña la posibilidad de transportar un volumen de tiempo dentro de una “burbuja” de espacio curvo llamada “espacio-hiper-relativista local-dinámico”. Teóricamente una nave espacial se movería por la fuerza del cambio realizado en el espacio-tiempo.

White, al evaluar la densidad de estructura de energía del efecto Casimir en la aerodinámica de naves espaciales, le llamó la atención la distribución de densidad de energía/negativa en el vacío cuántico. Al recalcular el modelo de Alcubierre, concluyó que al formarse una burbuja de deformación alrededor de una nave espacial, la eficiencia energética haría factible el viaje Warp. En su momento el modelo de Alcubierre se había considerado inviable por la gran cantidad de energía requerida.

Más, sin embargo, el descubrimiento de White posee implicaciones potenciales por lo que ya trabaja en una propuesta de diseño de una “nave Warp”, aunque a nivel de nano escala. Ensayo que ayudará a comprender cómo es qué ocurre la deformación en la burbuja y su estructura, a la par de la forma que debe tener la nave espacial para aprovechar la energía y cruzar el espacio interestelar dentro de una burbuja de deformación.



El descubrimiento demostró, en la práctica experimental, la validez del modelo de Alcubierre. Esto garantiza el desarrollo de la ingeniería aeroespacial e investigaciones dirigidas al conocimiento de la estructura, dinámica y forma de aprovechar la burbuja de deformación a nivel, primero, de nano/escala para avanzar, en lo futuro, hacia la construcción de una nave diseñada para viajes interestelares supra lumínicos. Claro está, habrá de pasar muchas generaciones antes de ser realidad; pero lo que sí podríamos atestiguar, es que la teoría y descubrimiento observado en la realidad cuántica pudiera ser de magnitud de un futuro Nobel.