El inadecuado almacenamiento y distribución de coque de petróleo crudo que se realiza en Veracruz a cielo abierto “está perjudicando severamente la salud de los habitantes, el ecosistema y la biósfera de la entidad”, afirmó el legislador petista, Manuel Rafael Huerta Ladrón de Guevara.
En un punto de acuerdo que presentó exige que se realicen estudios para comprobar el nivel de contaminación y afectación a la salud de los pobladores, principalmente los que se encuentran en Jáltipan, así como una evaluación de sustancias químicas en agua y suelo para conocer los efectos que se están produciendo sobre los ecosistemas y sus componentes en esa zona.
El secretario de la Comisión de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial detalló que tan sólo el dióxido de azufre que despide el coque, puede provocar alteraciones psíquicas, paros cardiacos, asmas y bronquitis crónica, aumentando la morbilidad y mortalidad en personas mayores y niños; el níquel, cáncer de pulmón y de los senos nasales, mientras que una alta exposición al plomo, puede dañar seriamente el cerebro y riñones de niños y adultos e incluso causar la muerte.
Recordó que desde julio de 2013, la empresa ADN ENERGÍA S. D. R. L. DE C.V. inició el depósito a cielo abierto de coque o petcoke, principalmente, en el municipio de Jáltipan en terrenos donde se han encontrado restos arqueológicos, pero lo más peligroso es que su traslado se efectúa sin las medidas de seguridad que garanticen evitar su dispersión.
“La empresa no cumple con las condiciones necesarias de seguridad y almacenamiento, control y manejo de esta sustancia, pues el riesgo de contaminación de este material peligroso se agudiza a consecuencia de los cambios constantes de las condiciones climáticas que afectan la zona, en la que las ráfagas de viento dispersan las sustancias contaminantes”, afirmó.
Mencionó que el coque, también conocido petcoke o carbón de petróleo, es la materia sobrante del proceso de refinación de petróleo crudo y contiene metales pesados y tóxicos como níquel, vanadio, cromo, plomo y su procesamiento genera dióxido de azufre (SO2) y sulfatos, así como hidrocarburos policíclicos aromáticos y dioxina.
Huerta Ladrón de Guevara destacó que algunas investigaciones en Brasil, Chile y Estados Unidos revelan que el coque es un producto absolutamente incompatible para una vida sana y dañará la salud de las futuras generaciones, pero su producción ha ido en aumento, ya que este residuo es atractivo para el sector industrial, principalmente en la generación de energía eléctrica.
Ante ese panorama, propuso exhortar a los Gobiernos Federal y de Veracruz para que investiguen y determinen los riegos de salud y daño ambiental que se generan por el manejo de residuos peligrosos de la empresa ADN ENERGÍA S.D.R.L de C.V, a través de la terminal de almacenamiento y distribución de coque ubicada en el municipio de Jáltipan de Morelos de esa Entidad.
De igual forma, se publiquen los permisos y autorizaciones otorgados por las dependencias de los Gobiernos federal, Estatal y Municipal sobre el impacto ambiental y protección civil para la instalación de la terminal de almacenamiento de coque.
Además, planteó solicitar al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) un informe sobre los hallazgos arqueológicos encontrados en las instalaciones de la empresa ADN ENERGÍA S. D. R. L. DE C. V, toda vez que en dichos terrenos se han encontrado restos antiguos de una necrópolis prehispánica como vasijas, osamentas y otros objetos.