Alpinista narra cómo rescataron a 8 personas en el glaciar del Pico de Orizaba

"Los que nunca van a figurar"

Recientemente, todos hemos estado informados de tanto accidente que ha ocurrido en el Pico de Orizaba; y es que ha sido uno tras otro en menos de 20 días. Ya sea la inexperiencia de la gente, la falta de equipo, o llevan el equipo pero no lo saben usar, las condiciones que el glaciar presenta y así podemos seguir señalando infinidad de cosas desde la computadora o el celular, pero al momento de que algo se ha desencadenado por alguno de estos motivos, todos esos comentaristas futboleros desaparecen o atacan más, entonces la ayuda se reduce y se cuenta sólo con los dedos de las manos. Algo así sucedió el sábado pasado (nov 24), les cuento un poco.

Yo estaba aclimatando a la altura del primer nido con Vitalyk, un ucraniano, cuando recibo una alerta por el radio de un accidente en el glaciar y me solicitan de la manera más profesional dejar la cara Norte y llevar a Vitalyk a la Sur (por mismas razones de seguridad). Decidí descenderlo lo más cercano posible al refugio y con la misma volver a subir a ver qué pasaba arriba. Llegué al glaciar tan rápido como pude, había ocho personas lesionadas, una cordada de tres mexicanos había caído primero y minutos más tarde cinco gringos. Los más lastimados en ese momento eran los norteamericanos, fracturas en tobillos, costillas y golpes por todas partes. Tomé a cargo las maniobras del rescate y junto con Adrián (chofer de J. Canchola) y siete gringos más iniciamos a bajar a la gente, pues habían quedado en el lado Noroccidental y mi intención era sacarlos del hielo hasta la base del glaciar por el lado Norte y evitarles una hipotermia. Comenzamos a bajar a Michael a las 2 de la tarde, después siguió Alex y el último fue Cory. Nos cayó la noche en el glaciar y seguíamos con las maniobras. Logramos reunir a la gente en la base del glaciar casi a las 8 de la noche, para entonces ya sabía que más amigos guías venían en camino a brindar ayuda, pero eso tomaría tiempo. Llegaron a la 1 am y entonces hicimos un relevo en las operaciones y yo comencé a bajar al refugio con Adrián, Nethen y Charles, dos chicos de Colorado que, sin dudarlo, brindaron su ayuda desde un inicio. Me relevaron Israel Valtierra, Hugo Aguilar, Juan Mendoza, su sobrino, Ulises Mora, Hilario Aguilar, Paco Espinoza y otro más que no recuerdo su nombre. Más abajo venía Lalo Mora con un cliente y decidieron sumarse a la tarea del rescate. Llegué al refugio a las 4:00 am a descansar un poco y unas cinco horas más tarde se activa la alarma y había que subir una vez más, pues el helicóptero sólo se pudo llevar a dos y a Michael ya lo venían bajando en camilla sked. A este segundo grupo se sumó Alfredo Briones, Lucy, Lupe Espinoza, Felipe Martínez, Julio Guarneros y nuevamente Adrián y un servidor. Teníamos notificado de un accidente nuevo, dos mexicanos más que sólo presentaban golpes y ninguna fractura. La prioridad seguía siendo Michael pues tenía fractura en ambos tobillos. Logramos bajarlo al refugio cerca de las seis de la tarde y lo trasladamos en una camioneta particular casi hasta Zoapan, en donde nos dio encuentro la ambulancia y se lo llevaron a un hospital en Puebla.



33 horas desde que inició todo este percance hasta que pudimos entregar a la última persona a las autoridades médicas. Sé que fue bastante tiempo en respuesta pero éramos tan pocas personas ayudando. Me da pena que cuando hay que ir a bajar un cuerpo, llegan más de 40 voluntarios, pero el sábado que había que bajar a tres personas con vida, fuimos pocos, ¿acaso van por el morbo de ver un cuerpo destrozado?, ya he leído muchos diarios en donde la Cruz Roja, Protección Civil y otras A.C. se paran el cuello diciendo que estaban en el punto del desastre ayudando y que eran más de 35 personas. No sé si a mis lentes les haga falta más aumento pero nunca vi a esa gente allá arriba, leí otra nota que decía de tres rescatistas de Orizaba bajando a los heridos. El único de Orizaba era yo (jaja). Lo que sí es que un grupo de Guatemala se sumó en las labores entre la base del glaciar y las cruces de Monterrey.

Con esto, nosotros no buscamos la entrega de un trofeo, ni ser llamados héroes. Para mí, héroes son los doctores que le salvaron la vida a mi mamá hace unos meses. Nosotros simplemente somos gente de montaña que quiso ayudar, ya recibí críticas del por qué me quedé a hacer vivac a 5100 msnm con los heridos, que lo mejor hubiera sido dejarlos y salvar mi vida, pero eso significaba dejar tres vidas en riesgo allá arriba y moralmente no iba conmigo esa decisión, lo siento. ¿Qué si pasamos una noche dura? Sí. Pero entendí el poder que tiene el compañerismo, el hecho de acompañar a alguien en esa situación le das fuerza y ánimos, si una persona en esas condiciones se queda sola, si la caída no la mató, la depresión lo habría hecho.

No hay mejor pago que haber visto sonreír a los chicos accidentados y recibir un "gracias por todo", tal vez me conformo con tan poco al estar tan satisfecho con eso, pero para mí, valió más que un cheque en dólares.



Esta es una foto que muestra parte de la gente que nos ayudó, que dejó de hacer lo que tenían en ese momento para ir a brindar esa sincera ayuda, en verdad ¡mil gracias a todos por haber llegado allá arriba!.

Israel Valtierra
Hugo Aguilar
Juan Mendoza y su sobrino
Ulises Mora
Hilario Aguilar
Paco Espinoza y el otro compañero
Lalo Mora y su clienta
La gente de Guatemala
Alfredo Briones
Lucy
Roberto Flores Rodríguez
Staff de Orizaba Mountain Guides
David, guía de Alpine Ascents (USA)
Jennifer (USA)
Nethen (USA)
Charles (USA)
Peter (USA)
Y tres gringos más que no recuerdo el nombre.

Ricardo Blanco



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