Artistas veracruzanos que participarán en el Cervantino critican fallas logísticas de SECVER

El jaranero Raymundo Rafael Pavón Lozano, integrante del grupo Son de Madera, compartió en redes su inconformidad ante el desorden logístico de la Secretaría de Cultura de Veracruz e hizo un señalamiento: “Estamos en el Cervantino por nuestro trabajo, por el valor de nuestras propuestas artísticas. Fuimos seleccionados por mérito, no por conveniencia, y mucho menos para ir a pedir favores. En Veracruz, al parecer, la desorganización sigue estando de moda”.

Este 10 de octubre inicia el Festival Internacional Cervantino (FIC) que tendrá como país invitado a Inglaterra y al Estado de Veracruz. Foro mundial en que Veracruz exhibe la ausencia de profesionales en la Secretaría de Cultura, encabezada por Xóchitl Molina González, funcionaria que con su negligencia pone en mal, no sólo a Veracruz, sino que empaña la imagen de la gobernadora Rocío Nahle al no poder realizar con eficacia su trabajo logístico.

En reuniones previas, la funcionaria aseguró que ya tenían contemplada toda la logística del viaje, desde los traslados de los artistas hasta el adecuado embalaje de los instrumentos. Sin embargo, el viajar en autobuses económicos, que se averiaron en el camino, marcó la pauta de su traslado.

La única labor que tuvo el equipo de Xóchitl Molina González fue coordinar a nuestros embajadores culturales, grupos artísticos y artistas que compartirían con los visitantes de Guanajuato. Por economizar al máximo buscaron autobuses sin baño, con horarios elaborados para no ofrecer alimentos en los traslados, sin los descansos necesarios que permitan llegar con el tiempo para relajarse y, mínimo, conocer el lugar donde se presentarán.

Afortunadamente el hospedaje y la comida de los invitados nacionales e internacionales es responsabilidad del FIC, lo que evita que la Secretaría de Cultura de Veracruz tenga el contratiempo de hospedar a los artistas veracruzanos en ciudades aledañas a Guanajuato.

Resulta evidente la ausencia de experiencia para ofrecer un viaje digno a los que pondrán en alto al Estado de Veracruz. La promotora de artes escénicas, Patricia Estrada, comenta que “¿si la propia institución no valora lo que hacemos, entonces quién lo hará? ¿Cómo sobrevivimos a estos tiempos tan convulsos, donde todo parece estar en nuestra contra, incluso aquellos que —en teoría— deberían ser nuestros aliados? ¿De qué sirve tanto esfuerzo, tanta creación, si al final se nos mira como decoración, como relleno cultural? Y duele más cuando sé que tengo compañeras y compañeros que desde hace meses —con todo el cansancio, con las múltiples chambas, después de sobrevivir lo cotidiano— aún así se organizan para pedir mesas de trabajo, para construir diálogo, para abrir camino. Que se dan el tiempo para reunirse, pensar colectivamente, proponer. Porque aún creemos que se pueden lograr cosas. Y sin embargo, la sensación que persiste es la de estar resistiendo contra la institución, cuando en realidad deberíamos estar caminando con ella”.

La queja de los primeros enviados culturales se ha dado a conocer en redes. Lamentan padecer la ignorancia del equipo de Molina González, con logística deficiente que puede impactar en la labor de nuestros embajadores culturales.