Arzobispo exhorta a realizar buenas obras a favor de los necesitados

“Si vivimos bien lo que somos, hijos de Dios, esposos, esposas, sacerdotes o consagrados, ciertamente somos luz. Cuando practiquen las obras de misericordia, es cuando tu luz resplandecerá como el sol y tu oscuridad será como el medio día. En las buenas obras está la expresión de realmente ser luz o sal de la tierra”, destacó Hipólito Reyes Larios, arzobispo de Xalapa.

En su homilía dominical, Reyes narró dos historias para ejemplificar los actos de caridad, desprendimiento y bondad, que los fieles deben realizar en su vida diaria para vivir una vida apegada a la ley de Dios.

La primera fue sobre un carnicero que buscaba vengarse del asesino de su padre, no obstante, al verlo sumido en la desgracia, enfermo y pobre, decidió darle cobijo en su casa, perdonándolo y tratándolo como a su padre. Por lo que era considerado el hombre más bueno del mundo.

La otra fue sobre una señora que al ver la ilusión de un niño y la fe con la que le pedía a Dios frente a un aparador, un par de zapatos, decidió comprárselos haciendo feliz al niño. Ella se los regaló y el niño quedó muy complacido por su bondad.

“Ese tipo de obras ven la sencillez y la confianza, cómo una persona es capaz de compadecerse de la necesidad de los otros”, indicó el arzobispo.

Por ello exhortó a los fieles a ser seres de luz, compartir sus bienes y hacer el bien, “ojalá y nosotros también seamos así compasivos con nuestros hermanos”.

Reyes destacó que ayer se celebró el 75 aniversario de las hermanas pertenecientes a la fundación de las misioneras de Santa Teresa de Lisieux, quienes realizan una destacada labor a favor de los más necesitados.