Atoyac, río que la naturaleza arropó en su interior por las agresiones del hombre

Hoy que la madre naturaleza desvió hacia su interior el curso del río Atoyac, se redescubren la serie de agresiones de miles de seres humanos en contra de este torrente que desde su nacimiento en el municipio de Amatlán de los Reyes, ha padecido por años la deforestación de sus márgenes, saqueo de piedra en su lecho y, sobre todo, la descarga de aguas negras y residuales de las agroindustrias asentadas en los municipios, por los que cruza hacia el mar.

En defensa de este río, surgió en 2012 la Coordinadora de Pueblos en Defensa del río Atoyac y se sumó la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales (ANAA), cuyos integrantes han denunciado que los daños al río y a su cuenca, afectan a cinco municipios: Amatlán de los Reyes, Atoyac, Yanga, Cuitláhuac, Felipe Carrillo Puerto y Cotaxtla. Los usuarios de sus aguas las necesitan para beber, para uso doméstico, pesca y actividades económicas diversas.

La Coordinadora de Pueblos en Defensa del río Atoyac, tuvo un papel determinante en el año 2103, cuando se pretendía extraer agua de este caudal para el proyecto “Sistema múltiple de abastecimiento de agua potable Bandera Blanca” que consistía en la extracción de las aguas del manantial para bombearlas hacia la ciudad de Córdoba.



En el fragor de la defensa, se supo que por ejemplo el proyecto Bandera Blanca se sumaría a las más de 240 concesiones para extracción de agua subterránea con que ya cuenta el ayuntamiento de Córdoba, por las que extrae más de 400 millones de metros cúbicos anualmente, según datos de la propia Comisión Nacional del Agua, así como a las concesiones que el gobierno municipal cordobés tiene para extraer agua del río Ocotitlán, en Ixhuatlán del Café, de donde extrae 147 millones de metros cúbicos anualmente.

Los integrantes de la Coordinadora de Pueblos en Defensa del río Atoyac, han expuesto en diversos foros que en la cuenca del río Atoyac existen tres destilerías: Alcoholera Cañalcohol, en el municipio de Chocamán; la Alcoholera Zapopan en el municipio de Atoyac y la alcoholera de Palma Sola en el municipio de Cuitláhuac.

La alcoholera es la industria que más ha afectado la cuenca, pues de las aguas residuales más contaminantes provenientes de los complejos azucareros/alcoholeros, las más dañinas por su concentración de material orgánico biodegradable y no biodegradable son las vinazas, que se producen en una proporción de 12 a 15 litros por cada litro de alcohol destilado.



La Alcoholera Zapopan o Destilería del Golfo, produce etanol hidratado a partir de la caña de azúcar, por lo que diariamente muele dos mil 500 toneladas de caña, produciendo 120 mil litros de alcohol diario, lo cual significa que, si por un litro de alcohol se generan de doce a quince litros de vinaza, está generando diariamente un millón 440 mil litros de vinazas.

En el 2013, habitantes de los pueblos de la cuenca del río Atoyac que habitan en los municipios de Amatlán de los Reyes, Atoyac, Yanga, Cuitláhuac, Carrillo Puerto, Cotaxtla, Medellín y Boca del Río, declararon esta cuenca como Patrimonio Ambiental Universal de los Pueblos.

Con esta declaratoria, precisaban que se pretendía “impedir que en el Atoyac se repita la historia del río Blanco, destruido por la negligencia de las autoridades de Orizaba y del río Seco, destruido por la contaminación generada por las zonas industriales de Córdoba y Orizaba”.



En aquel entonces, cuando declararon la cuenca del río Atoyac como Patrimonio Ambiental Universal de los Pueblos, se hicieron las siguientes exigencias:

- La elaboración y cumplimiento de una regulación más estricta de la industria azucarera, alcoholera y cafetalera que opera en la región, con el fin de que instalen infraestructura y dispositivos para el adecuado tratamiento de sus residuos, especialmente la vinaza desechada por las alcoholeras, que actualmente es vertida en arroyos, ríos y tierras de cultivo sin tratamiento alguno.

- La clausura y reparación de daños de los basureros de Cuitláhuac, Atoyac, Cotaxtla y Chocamán; así como la formulación de una nueva política para el manejo de los residuos sólidos urbanos tendiente a su disminución.



- La clausura inmediata de numerosas instalaciones de cría y engorda de ganado aviar, porcino y bovino que operan en la región que vierten sus residuos al río Atoyac.

- El control de las operaciones de los rastros municipales y privados que arrojan desechos biológicos en los cauces de los ríos Atoyac y Seco.

- Programas de apoyo a los productores de caña y limón persa de la región con el fin de que puedan abandonar el uso indiscriminado de agroquímicos tóxicos.



- La realización de estudios epidemiológicos, de salud y ambientales independientes, exhaustivos y participativos, en los municipios de la cuenca, financiados por el Gobierno del estado de Veracruz, que permitan identificar todas las fuentes de contaminación ambiental en la región y sus vínculos con la incidencia de enfermedades renales, respiratorias, dermatológicas y de otro tipo que están afectando a la población.

- La aplicación de una política integral de prevención y atención de enfermedades ocasionadas por la contaminación ambiental, especialmente la hídrica.

Tres años después las exigencias son las mismas, pero ya no hay río, la madre naturaleza lo arropó en su interior.