De duplicarse la cantidad de gases de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono, en la atmósfera –lo cual, según la tendencia es altamente probable-, la temperatura promedio del estado de Veracruz podría aumentar en tres o hasta cinco grados centígrados al final de este siglo, además de variaciones considerables en las precipitaciones pluviales, aseguró la investigadora y académica de la Universidad Veracruzana, Beatriz Palma Grayeb.
De acuerdo con un estudio realizado en la zona centro del estado de Veracruz, en el que instalaron 15 estaciones de estudio desde Espinal hasta Soledad de Doblado, el aumento en la concentración de dióxido de carbono en el aire podría ocasionar cambios en los climas regionales.
“Las ciudades estudiadas incluyeron Teocelo, Xalapa, Orizaba, Veracruz, Córdoba, Martínez de la Torre; en ellas se aplicaron dos modelos para crear posibles escenarios de cambio climático y se observó que habría aumentos en las temperaturas a nivel general para toda la región, con un modelo se obtiene una variación de 2 grados centígrados y con el otro de 3 a 4 grados”, aseguró Palma Grayeb.
La investigadora dijo que se hicieron algunas estimaciones de las tendencias de temperatura y precipitación para el año 2025 y se encontraron cambios: por ejemplo, que la temperatura máxima en la zona de estudio va a disminuir en .001 grados centígrados por año; las tendencias de temperatura en las zonas cálidas húmedas del norte del estado indican que habría una disminución de las temperaturas máxima y mínima y aumento en la precipitación; en las zonas templadas húmedas habría un aumento en la temperatura máxima y en la precipitación; para la región centro sur, que tiene zonas cálidas subhúmedas, la tendencia es que haya una disminución en las temperaturas máximas y aumento en las precipitaciones; y para los climas semicálidos subhúmedos habría aumento en temperaturas y disminución de la precipitación.
“De las 15 estaciones estudiadas, sólo encontramos cambios considerables en tres de ellas: Martínez de la Torre, que actualmente tiene clima cálido húmedo con lluvias en verano, bajo las nuevas condiciones podría esperarse que cambiara a cálido húmedo pero con lluvias todo el año; Atzalan, pasaría de tener un clima templado sub-húmedo con lluvias en verano, pasaría a ser templado con lluvias todo el año; y Las Vigas, que tiene un clima semifrío, pasaría a ser templado subhúmedo y con lluvias en verano”, afirmó.
Palma Grayeb dijo que los estudios científicos son contundentes, se ha demostrado que el aumento de las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera produce aumentos en la temperatura.
“Es evidente que si seguimos ocupando las reservas naturales que tenemos para construir unidades habitacionales o si seguimos pavimentando más superficies, no va a traer ningún beneficio, al contrario, las condiciones que se están presentando a nivel global tendrán un mayor impacto local; estas repercusiones no sólo serán en la temperatura y la precipitación, sino en afecciones a la salud de las personas”, aseguró la investigadora.
Además afirmó que ambos modelos coinciden en que para la primavera tendríamos aumento de temperaturas y disminución de precipitación, y para el otoño tendríamos aumento en las dos variables; esto podría traer como consecuencia en el sector agropecuario que en primavera hubiera una situación de stress en los cultivos por falta de humedad, pero si esto se maneja de manera adecuada se podrían establecer medidas encaminadas a mitigar este posible impacto.
“Estos estudios que generan escenarios de cambio climático se hacen muy necesarios para todo el estado de Veracruz y el país, porque con esto se pueden ir generando políticas de prevención o de mitigación de la vulnerabilidad que pudiera presentar el campo”, dijo.
Los escenarios para el café
Palma Grayeb explicó que los factores que se manejan para establecer los requerimientos agroclimáticos para el cultivo de café, son la altitud, la temperatura y la precipitación; y para que el cultivo tenga una aptitud muy buena se requiere una altitud de entre 900 y 1400 metros sobre el nivel del mar y rangos de temperatura promedio anual de entre 17 y 23 grados Celsius, y precipitación de mil 800 a dos mil 500 milímetros.
“Con base en los posibles escenarios que obtuvimos luego de la aplicación de los dos modelos, encontramos que algunos lugares, como El Naranjal-Fortín, que ahora no es una zona apta para el cultivo del café, podrían llegar a tener una aptitud media. Además, para uno de los modelos que utilizamos, las zonas de Teocelo, Orizaba y Huatusco –que son tres lugares importantes para el cultivo de café en el estado-, mantendrían sus condiciones de aptitud para esta actividad; mientras que para el otro bajarían sus aptitudes, ya que aumentaría su temperatura –de 19 a 23 grados-”.