A pesar del cambio de discurso del Gobierno de México, durante 2019 y 2020, en el país aumentó la incidencia de homicidios dolosos vinculados al crimen organizado, advirtió el especialista en seguridad y estratega en tecnología, Ricardo Márquez Blas.
Al ofrecer la conferencia "La seguridad pública hoy", en la Universidad Euro Hispanoamericana, Márquez Blas, autor del Índice de Seguridad y Desarrollo Humano, alertó que México también registró un alza en feminicidios y en los delitos contra la salud, pese a la pacificación promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Al participar en el "Foro de Seguridad Ciudadana, mejores prácticas hacia una zona metropolitana segura", el analista describió como "impresionante, grave y preocupante" el retroceso de la seguridad en México.
Observó que el Gobierno Federal actualmente carece de una política definida para contrarrestar las actividades del crimen organizado.
Como ejemplo, expuso que de 2015 a 2020 en el país creció la cifra de homicidios dolosos vinculados al crimen organizado, en una proporción de 7 de cada 10. En cuanto al narcomenudeo, éste aumentó un 8.2 por ciento con relación a 2019 y 30 por ciento en 2018.
Márquez Blas enfatizó que aunque hoy no existen en México los detonantes de violencia a comparación del pasado (como la "guerra contra el narcotráfico" y la persecución de los cárteles), el país sufre una alta cifra de crímenes atribuidos a la delincuencia organizada.
Por lo tanto, previó que dicha tendencia difícilmente pueda disminuir en los próximos meses, dada la falta de una política definida.
En un ejemplo a nivel local, Ricardo Márquez explicó que en regiones del país y de Veracruz se observó un factor de correlación de delitos de bajo impacto con los de alto impacto.
Así, dijo que Veracruz, Oaxaca y Puebla acumularon la mayor cantidad de municipios con correlaciones muy altas entre robos de vehículo con homicidios dolosos.
Es el caso de Cosamaloapan, en donde el robo de vehículo tuvo una correlación con robo a casa-habitación, robo a negocio, secuestro y delitos sexuales.
Ricardo Márquez comparó que desde el 2008, México ocupó los últimos lugares, tanto en combate al crimen organizado como en confianza a la policía.
"El país se deslizó a los últimos lugares. En 2019, en materia de confiablidad el lugar 139 de 141 y en crimen organizado, el 140 de 141. Esto es: prácticamente hacia abajo".
En cuanto a los homicidios, de enero a noviembre en México dicho delito registró 32 mil 883, es decir, aumentó un 0.7 por ciento más a comparación de 2019 y 3.9 con relación en 2018.
Como ejemplo, explicó que en noviembre se registraron 2 mil 900 homicidios, esto es 97 por día, cuatro por hora y uno por cada 15 minutos.
Márquez Blas observó que durante la fase de aislamiento social, en México disminuyó la cifra de delitos de alto impacto; pero aumentó la violencia familiar en los hogares; e incluso, octubre registró una incidencia delictiva equiparable a la de antes de la pandemia.
“Sobrecarga” de trabajo y falta de equipo para policías
El conferencista y experto en seguridad destacó la sobrecarga del subsistema de seguridad pública, esto es, hoy los policías asumen nuevas responsabilidades aparte de la prevención del delito.
Así, a las policías se les envía para contener protestas y manifestaciones, éstas últimas, producto de problemas no atendidos por el Gobierno.
Añadió además la falta de equipamiento de las policías en el país y por lo tanto, recomendó aplicar la innovación en las corporaciones de seguridad en México.
Márquez Blas hizo hincapié en que cualquier estrategia contra la inseguridad debe "terminar en la calle", esto es, que al policía que hace el trabajo cotidiano debe dotársele de información, instrumentos y herramientas que apoyen y hagan más eficientes sus tareas.